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Manacor

Calles con nombres de toda la vida

El ayuntamiento de Manacor coloca azulejos con la nomenclatura histórica o popular bajo las placas de las principales vías y plazas del centro de la ciudad

Casi nadie en Manacor se refiere a la plaça de ses Verdures por su nombre oficial, Constitució. s. sansó

'Rotulación complementaria de calles para conservar los topónimos antiguos o populares'. Bajo ese título algo aséptico se esconde en realidad un homenaje, un recuerdo, en forma de lista, a los nombres con el que las principales calles del centro de la ciudad han sido y siguen siendo conocidas en la memoria y uso social. Así hasta doce.

Durante estos días la brigada municipal está procediendo a colocar una serie de pequeñas baldosas cerámicas, de unos 20 por 20 centímetros, con el encabezamiento antic carrer, y a continuación el topónimo histórico decidido por el departamento de Cultura local. De esta forma la calle Pius XII también podrá ser reconocida como carrer de n'Amer, la calle Amistat como carrer dels Bous, la calle Joan Lliteres como el carrer de Ciutat, Soletat como dels Tonedors, el carrer Major también como carrer de l'Anell, Pare Andreu Fernández como carrer de l'Hospital, Francesc Gomila como carrer de n'Obrador o la calle del Baix Riera como carrer den Cabell.

Asimismo cuatro plazas dispondrán también de nombre coloquial. A la plaza Ramon Llull ya se le ha colocado un azulejo como plaça des Mercat, la plaza Constitució otro como plaça de ses Verdures, la plaza Rector Rubí como simplemente El Palau y el paseo Antoni Maura como Na Camel·la. En total se han encargado un total de 36 placas (dependiendo de la longitud de la vía son necesarias más o menos), de las cuales faltan solo dos por colocar, una por un error tipográfico y otra porque se rompió antes de ser pegada.

La calle Pius XII es más conocida como carrer de n´Amer. S. SANSÓ

"Con esto se completa la tercera fase de un proceso, que comenzó con el cambio de placas de calles que recordaban al franquismo y que siguió dando un nombre a aquellas que todavía carecían de ellos o estaban duplicadas en distintos núcleos del municipio", explica el concejal de Urbanismo, Joan Llodrà, que agradece el trabajo hecho por expertos y encabezado por el director del servicios de bibliotecas municipales, Antoni Ferrer.

Tras décadas de espera, en mayo de 2013 la delegación de Cultura puso en marcha una ponencia de estudio, compuesta por portavoces de los distintos partidos políticos, que llevó a la sustitución de los nombres fascistas por otros extraídos de la toponimia, la tradición oral o procedentes de nomenclaturas anteriormente usadas y documentadas. El estudio comprobó que muchas de las calles del centro no solo tenían una sola nomenclatura anterior conocida. A algunas, simplemente se decidió dejarlas con el nombre actual si no guardaba relación con el franquismo, para evitar molestias administrativas a los vecinos. Con lo que al final se optó por esta apuesta complementaria.

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