Magaluf se dispone a cerrar la temporada 2015 con un balance final desequilibrado en función de quién lo haga. El altavoz hotelero pone el acento en los primeros resultados de la reconversión emprendida hace años en la zona, con los buenos datos de ocupación y rentabilidad cosechados en agosto por los establecimientos de Melià Hotels International por bandera. Si se escucha al tejido comercial y de bares, el análisis se vuelve más gris. Sin ser un año malo como los de la dura crisis, dicen, no ha sido una temporada especialmente espectacular.
Para explicar ese desfase entre la valoración de la principal compañía hotelera de la zona y la opinión de la oferta complementaria, el sector habla de un Magaluf que encara el futuro desarrollándose a dos velocidades. "Por un lado, está Melià, con su nuevo modelo, que mira hacia otro tipo de cliente. Más de compras, más de restaurantes... Y eso chirría con un mercado desbocado de borrachera. Con 'party boats', grandes grupos de excursiones etílicas", apunta el presidente de una entidad fuertemente implantada en Punta Ballena, la Asociación de Locales de Ocio de Calvià (ALOC), Javier Pedreira, quien califica de "mediocre" la temporada.
Otro representante empresarial que habla de un Magaluf a dos velocidades es el presidente de la asociación de comerciantes turísticos Acotur, Pepe Tirado, quien asegura que esta temporada se ha evidenciado "más que nunca" que los hoteles se han erigido en la nueva y potente competencia del tejido comercial.
"Los hoteles han creado una nueva oferta de locales y de ocio que ha llevado a que el turista haya sido más 'cautivo' que nunca. Con 'pool parties', el 'todo incluido', nuevas tiendas. Y eso se ha reflejado en nuestra oferta. Las calles han estado más secas que nunca y la playa, también", argumenta.
Ley Turística
Tirado sostiene que, mientras los hoteles han echado mano de las herramientas que les proporciona la Ley Turística para remodelarse, los comercios no han tenido la oportunidad de recurrir a un instrumento legal parecido. "Hay un desequilibrio y esperamos que la administración nos haga un guiño y nos facilite ayudas para poder competir", dice.
En este sentido, a pie de calle entre los negocios de Magaluf, hay quien aboga por la puesta en práctica de algo parecido a un "plan PIVE" para las pequeñas tiendas. Un plan de ayudas para que, por ejemplo, el souvenir de toda la vida, sacudido por los últimos años de la crisis, pueda adaptarse al nuevo entorno.
El presidente de la Asociación de Salas de Fiesta, Discotecas y Similares de Balears (Abone), Jesús Sánchez, opina también que la temporada "no ha sido tan extraordinaria". "Ha sido un verano raro, no ha llegado a cuajar, lo cual no significa que haya sido un año malo como la época dura de la crisis", expone. Sánchez reconoce que algunas cuestiones se han "reconducido" en Magaluf este año.
"Pero eso no quiere decir que Magaluf esté a salvo de los problemas", manifiesta este representante patronal, quien destaca que la "normalización" de la situación "irá en beneficio de todos".
Para Melià Hotels International, la principal compañía hotelera de la zona con más de 3.500 habitaciones, este verano ha sido el del "punto de inflexión".
Así lo remarcó recientemente su vicepresidente y consejero delegado, Gabriel Escarrer, quien argumentó que este año ha sido "cuando el destino ha comenzado a superar el modelo obsoleto y a sustituirlo por otro rentable y sostenible".
Turismo joven
Ese "modelo obsoleto" al cual se refiere tiene que ver con el segmento de turismo joven de bajo coste en busca de alcohol barato y fiesta sin freno, un tipo de mercado que, según los hoteleros, se ha reducido este verano, a lo que ha contribuido la aplicación de la nueva normativa de civismo.
Lo ejemplifica el testimonio del director del hotel ME Mallorca, Raúl Palomo, quien destaca que su clientela "se sorprende agradablemente al llegar, porque los mensajes que ha recibido sobre Magaluf no se corresponden con el destino idílico y tranquilo que se encuentra en el hotel".
