La campaña de verdeo de oliva mallorquina está algo retrasada en la Serra de Tramuntana, no así en el Pla donde ya se ha iniciado. De hecho, los mercados semanales ofrecen desde hace unos días las primeras olivas a granel para salar e incluso ya las primeras de la variedad 'trencades'.
No ocurre así con las olivas mallorquinas con denominación de origen, ubicadas mayoritariamente en la montaña. Éstas sufren una falta de agua que hace que no estén a punto, según señala Josep Oliver, actual presidente de la DO.
"Estamos esperando que llueva un poco, necesitamos un buen riego para ver si las olivas ponen un poco de 'pasta'; o dicho de otra manera, a ver si engordan un poco porque ahora todo es hueso", esgrime el payés.
El presidente de la Cooperativa Sant Bartomeu de Sóller, Miquel Gual, indica que "sería preciso que nos cayeran unos 25 litros por metro cuadrado para que revitalizara el olivar. En algunos puntos la oliva empieza a arrugarse y sería una lástima porque los árboles están cargados este año".
Se trata de la segunda campaña con Denominación de Origen y las expectativas del sector son altas habida cuenta de los excelentes resultados de la cosecha precedente. Cabe destacar que la cooperativa de Sóller fue el único operador durante la temporada 2014-15 y eso supuso que su producción pasara de ocho a 37 toneladas. Pero, además, cabe destacar que esa cantidad de oliva en conserva está a día de hoy prácticamente vendida en su totalidad.
Aceptación
Gual califica como "muy buena la aceptación que ha tenido porque en lo que se ha crecido ha sido especialmente en el consumo detallista. Eso significa que el consumidor final es el que ha demandado este tipo de oliva de calidad".
Esto también ha supuesto un aumento de la rentabilidad para los payeses pues pasaron a cobrar entre 2 y 2,30 euros por kilo de fruta mientras que la campaña precedente la cobraban a 1,80 euros.
Este año la situación es diferente pues serán ya tres operadores los que trabajen al amparo de la DO. Serán la cooperativa de Sóller, otra empresa de Valldemossa y la conocida Conservas Rosselló de Llubí.
