Petra vivió ayer una de las jornadas religiosas más emocionadas de su historia. Pese a la lluvia intermitente, pese a los grados otoñales de menos... y a pesar del fútbol, la parroquia de Sant Pere se llenó para contemplar, a través de una pantalla gigante, como el papa Francisco canonizaba en directo desde Washington, a su hijo más internacional, el mismo que a partir de ahora pasará a ser venerado como sant Juníper Serra.

Caras de emoción, ojos abiertos y alguna lágrima ejemplificaron la devoción que muchos petrers todavía sienten y profesan, más de 300 años después, a la figura del franciscano misionero y evangelizador en México y lo que ahora es la alta California, en los Estados Unidos.

Tras la misa diaria de las 20,30, oficiada en una de las capillas laterales, se cerró la noche y fuera, las calles más importantes del pueblo se ´encendieron´ con pequeñas velas colocadas en ventanas o siguiendo las aceras, también engalanadas con trozos de mata. Una hora más tarde, la parroquia fue recibiendo tanto a vecinos como a visitantes de otros municipios, hasta contar más de 300 personas, lo que prácticamente abarrotó el templo.

Un cuarto de hora antes de la ceremonia, Bel Rosselló, quien fue la encargada de hacer la ofrenda en el acto de beatificación romana ante Juan Pablo II en 1988, encendió un cirio de forma simbólica. Justo después, en la zona del coro, la Banda de Música tocó el himno a Petra. Miquel Monroig, del Consell Parroquial, condujo el inicio del acto y presentó los pasos a seguir.

Más de seis metros cuadrados de pantalla (cedida por el ayuntamiento de Montuïri y colocada frente al altar para la ocasión) en los que se fueron proyectando imágenes del escenario, especialmente construido e instalado en el pórtico este del mayor templo católico de los Estados Unidos, o sea, la Basílica National Shrine de la Inmaculada Concepción, y de las 25.000 personas congregadas en el exterior, entre las que se encontraban los sesenta mallorquines (y a su vez unos veinte vecinos de Petra) que partieron el pasado lunes desde Palma para verlo de cerca.

La ilusión de quien, pese a estar a miles de kilómetros de distancia, se siente partícipe de la santidad, fue palpable cuando, presentado Juníper, apareció la figura de Jorge Bergoglio para confirmar en la fórmula latina la inscripción del Pare Serra en el libro de los santos católicos. Todos los presentes se levantaron entre aplausos.

Entre nubes y adornos

Y eso que el día amaneció nublado, plomizo y con gotas de lluvia intermitente. Eso hizo que las casas de Petra no empezaran a engalanarse hasta casi el mediodía, cuando las campanas de la parroquia y del convento franciscano de Sant Bernardí repicaron al unísono en señal de júbilo por la canonización que se avecinaba. Entonces, ya con el sol, el pueblo pareció ser otro: las banderas conmemorativas con la cara de Serra, colocadas ya por muchos vecinos desde hace algunos días (y que se venden todavía en comercios al precio de ocho euros), se mezclaron con la cuatribarradas, rosarios, sierras (en alusión a su apellido) e incluso en ocasiones, con cuadros alusivos o maquetas, de las misiones fundadas por Juníper a lo largo del Camino Real.

A lo largo sobre todo del carrer des Barracar, el carrer Major y los aledaños de la Sant Pere y Sant Bernardí, los adornos en forma de macetas y velas fueron apareciendo. Brotes de ginebró fueron ´brotando´ en las tallas de piedra que se conservan en numerosos portales petrers, o incluso varias pancartas con la cara de Serra en el centro y dos mensajes a los lados: su celebérrimo lema: Sempre endavant y Sant Juníper Serra en el otro.

A las 21,30 horas el pasacalles integrado por la Petrukada, Xeremiers de Petra y la Banda de Música, dio inicio a un nuevo redoble de campanas, está vez no solo de las locales, sino también de los municipios vecinos. Fue también el instante de la intimidad de quienes prefirieron verlo desde casa, más cómodamente, mientras en el exterior el campanario, la plaza Pare Serra y la casa Pairal donde se sabe que Juníper vivió su juventud antes de marcha, quedaban iluminadas.

Entre los presentes en la ceremonia petrera estaban, evidentemente también, tres de los cuatro franciscanos del Convent local: Fray Joan de Déu, el Pare Josep y el Pare Toni. Mientras que el cuarto, Miquel Almiñana, a su vez rector de Petra y Sant Joan, lo vivió desde la explanada verde de la basílica estadounidense.

Els nostres avantpassats aclamaven davant la Mare de Déu de Bonany: "Arribi prest la gran diada en que a Juníper posada sia corona de sant". A partir d´ara podem aclamar amb goig: "Ha arribat la gran diada en que a Juníper ha estat posada corona de sant"; reza el himno a Fray Juníper, compuesto por el investigador Miquel Ramis, que fue interpretado de manera solemne pasada la medianoche y de nuevo con la parroquia en pie.

Serra o el fútbol

Al mismo tiempo que la misa de Washington D.C. comenzara, a las cuatro de la tarde hora del este de los Estados Unidos, la liga de fútbol española disputó su quinta jornada, lo que hizo que el ambiente fuera del templo parroquial, anduviera más bien escaso. En los bares de la plaza Ramon Llull y Juníper Serra, los dueños y espectadores prefirieron sintonizar el balompié antes que la ceremonia.

Y es que la jornada entre semana hizo que, por ejemplo, el partido que enfrentaba a Athletic Club de Bilbao y Real Madrid coincidiera en la misma franja horaria. De hecho se pudieron ver muchos más concejales del Ayuntamiento en los bares del centro que siguiendo la misa de proclamación en la parroquia de sant Pere.