Después de dos ediciones dedicadas a la temática del deporte, la Fira de Artà abrió ayer sus puertas en una edición donde se volvió a sus orígenes de la agricultura y ganadería, recuperando así el carácter tradicional de la muestra artanenca.

Durante dos ediciones, las autoridades locales quisieron realizar un cambio de imagen en la fira, dejando fuera de su recinto a los animales. Esto levantó duras críticas de los vecinos, a quienes no les gustó nada que la muestra perdiera su carácter tradicional.

Ante la presión popular, el Consistorio consideró que, en esta ocasión, se tenía que volver a la vieja fórmula y recuperar los animales de ganadería. Para ello, este año ha contado con la ayuda de pequeños agricultores y ganaderos locales, así como de asociaciones culturales, que han permitido recuperar la temática y las actividades relacionadas con el campo y el medio ambiente.

En esta ocasión, la plaza del Conqueridor ha sido la ubicación de las exposiciones de diversos animales, así como de herramientas y de actividades relacionadas con el mundo de la agricultura.

Mundo animal

Diversas asociaciones relacionadas con el mundo animal también colaboraron. Entre esas entidades, destacan la Associació de Caçadors de Cabrits amb Cans i Llaç que ofrecieron a los visitantes, bebida y comida, a base de carne de cabrito, de forma gratuita. Millares de personas llenaron las calles céntricas de la localidad para visitar esta reedición de la fira, que agradecieron la mayoría de visitantes.

Algunos de los colaboradores ya presagian más éxitos en colaboración con la gente vinculada a la agricultura y ganadería, al considerar que éste es el espíritu que debe tener la mostra.

El calor y el bochorno estuvieron presentes durante la jornada, pero en nada deslució la jornada ferial, en la que también hubo unas exhibiciones de doma de perros y de maquinaria agrícola moderna y antigua, además de los típicos puestos feriales.