Virgilio Moreno es una persona muy asequible, galante y de buen humor. Es un político dialogante que está siempre dispuesto a hablar. Nos recibe en su despacho y abierto a contestar "lo que me queráis preguntar", dice sin reparos.
-¿Esto de ser alcalde es lo que esperaba?
-Yo sabía donde me metía. Tras llevar en política catorce años, los mismos que llevo en la casa (se refiere al Ayuntamiento) sabía lo que representaba. Lo que ocurre es que estando en la oposición no ves realmente la carga que supone el puesto de máximo representante consistorial hasta que lo asumes. Para mí es frustrante ver que la administración municipal no va al mismo ritmo que la ciudadanía. Yo quisiera ser mucho más rápido en dar respuestas, pero me topo con que todo depende de una maquinaria que lleva sus procesos y su tiempo.
-¿Qué respuesta es la que debería dar de forma más acuciante?
-Lo que más me preocupa son las necesidades de la gente: vivienda, trabajo, e incluso necesidades vitales como la alimentación o el pago de los servicios. Me ha tocado un momento muy duro y aquí si que quiero reconocer que mi antecesor (Rafel Torres) también se vio con esto y tuvo las mismas dificultades.
-Y ya que hablamos de necesidades, ¿cómo asiste a todo este problema de los refugiados?
-Es una responsabilidad que tenemos. Nosotros pondremos más gente para que pueda ayudar. El tema de los refugiados es una cuestión de humanidad que precisa respuestas rápidas.
-¿Ha tardado demasiado el Gobierno de España?
-Todos hemos tardado demasiado. No estamos hablando de proyectos urbanísticos, ni planes comerciales. Estamos hablando de personas, de gente que arriesga sus vidas, de gente que se ha quedado sin nada, sin casa, sin refugio, sin patria. Los ciudadanos han ido muy por desnate de la Administración en este asunto. Lo cierto es que es una competencia de Estado, pero nosotros debemos colaborar.
-¿Cree que Catalunya le está echando un pulso a España?
-Creo que ese pulso no va a ninguna parte. Necesitamos más tiempo y serenidad para llegar a una solución. Yo soy federalista, creo que necesitamos profundizar más en la autonomía de las regiones. Estamos abocados a ello y tengo la impresión de que ni Catalunya ni España son conscientes de ello. En Catalunya sobran pulsos y falta diálogo. Se le ha de preguntar a la gente, pero yo no veo a Catalunya separada del resto de España; nos necesitamos todos. Creo que debemos iniciar una segunda transición, sentarnos y revisar la Constitución, poner en marcha una España del siglo XXII."Quizá me cueste ser alcalde sólo cuatro años, pero voy a tener mano dura con los incívicos"
-¿Balears es demasiado solidaria?
-Somos los más solidarios de España. Hemos tenido ese concepto muy claro. Hemos aportado mucho más de lo recibido y hemos llegado a un punto en que debemos pedir que nos llegue todo lo que necesitamos. Nosotros nos vemos muchas veces en la tesitura de tener que explicar a nuestros propios compañeros de partido en Madrid que aquí no vivimos bajo un cocotero como si fuera un paraíso. Aquí necesitamos servicios, bonificaciones por la insularidad, trenes y estaciones. Realmente clama al cielo ver nuestras estaciones y compararlas con algunas de las poblaciones que tienen Ave.
-¿Cómo puede ser entonces que el Ayuntamiento de Inca tenga tanto dinero en el banco?
-Gracias a que los contribuyentes han pagado mucho tras varias subidas de impuestos y que luego el Estado ha limitado el gasto. Estamos intervenidos por Montoro. Los ayuntamientos somos los que tenemos las cuentas más saneadas. Los que estan mal son las comunidades y el Estado. Machacan al más pequeño para justificar las cuentas ante Europa. Ellos gastan y nosotros pagamos el pato. Y así estamos, que no sé cómo explicar a alguien que no puedo ayudarle en la compra de los libros de texto cuando se le han cobrado los impuestos a rajatabla.
"Hemos de explicar incluso al PSOE de Madrid que aquí no se vive en el paraíso bajo un cocotero"
-¿Inca está bien mantenida?
-La ciudad es el reflejo de la gestión de 20 años. Nosotros no partimos de cero, partimos de menos cien. Nosotros queremos limpiar más y que se vea distinto. Necesitamos un cambio radical pero somos 30.996 habitantes y eso es cosa de todos. Venimos de una política de deixar fer y tenemos que poner orden. Puede que me cueste estar sólo cuatro años, pero quiero hacer cumplir las ordenanzas. Haré política de mano dura con los incívicos
-¿Qué futuro desea para Inca?
-Nosotros queremos que Inca vuelva a ser un referente. Por desgracia perdimos nuestro motor industrial hace años. En esos momentos pesábamos mucho y lo que deseo es que Inca vuelva a ser la capital de la Part Forana. Quiero que sea la capital comercial, ese es mi reto. Y ya he iniciado el trabajo.
