Sa Calobra es uno de los enclaves turísticos más conocidos de Mallorca. Se trata en realidad de dos calas comunicadas, aunque se conozca popularmente por una de ellas. Las formaron las desembocaduras de dos torrentes: el de sa Calobra y el de Pareis.
Sus bellos paisajes y el color, singular y casi único de sus aguas, son el especial reclamo que la hace tan atractiva. Y tanto es así que se ha convertido en un destino de excursiones que estaba ocasionando problemas al Ayuntamiento para mantener el equilibrio. Se calcula que una media diaria de 3.000 personas han visitado el lugar durante este verano. Es un dato estimativo calculado sobre la afluencia de excursiones en autocar y en barco. Fuentes consistoriales aseguran que la cifra es plausible. "Suelen acudir a diario entre 25 y 30 autocares y hemos detectado puntas de hasta 50 en un sólo día", confirma el alcalde de Escorca, Antoni Solivellas.
Para evitar que tanta presión llegue a perjudicar al lugar se puso en marcha hace un tiempo un plan de turismo sostenible. Ha sido un proyecto que ha obtenido reconocimientos oficiales y que está comenzando a recoger frutos.
Una de las iniciativas, encaminadas a evitar suciedad por deposiciones humanas, algo que era muy frecuente en el lugar, fue la instalación de servicios públicos y duchas. Son de pago y cuestan 50 céntimos por persona.
Uso de instalaciones
El Ayuntamiento ha iniciado el estudio de valoración de este verano y a falta de contabilizar los meses de septiembre y octubre, que también son muy importantes, destaca que desde junio a agosto han utilizado los servicios públicos y las duchas 35.000 personas. El alcalde asegura: "Aunque sea un tema escatológico y pueda parecer violento hablar de él es preciso indicar que todo ese volumen de gente realizaba antes esas necesidades o bien en los bares, que siguen abiertos, o detrás de las rocas, matas y cualquier lugar resguardado de la cala o el torrente de Pareis. Hasta el punto de que era realmente fastidioso dar un paseo por según que lugares, pues te exponías a pisar algo desagradable".
Que estos servicios se hayan sujeto a un pago obedece a la necesidad de hacer sostenible el destino. Se han recaudado 18.000 euros este verano. El dinero ha posibilitado la creación de dos puestos de trabajo. Se trata de dos personas encargadas de la custodia, vigilancia, mantenimiento y limpieza del lugar.
También se inauguró hace meses un albergue que durante este verano ha reportado una media de 1.000 euros al mes. El alcalde insiste en que "no se trata de una explotación sino de que el usuario debe entender que es preciso conservar el lugar que ha disfrutado, y eso cuesta dinero".
