Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Sebastià Servera Ballester: "Se ha de tener mucha valentía, inspiración y soledad para componer"

Sebastià Servera Ballester durante la entrevista. Biel CApó

-¿A qué ha dedicado su vida?

-De los 8 años, en que realicé mis primeras messes, en la recogida de almendras, algarrobas y aceitunas en la posesión de Ca s'Hereu en Son Servera, en las que trabajaba quince horas diarias y cobraba ocho peces por jornada, mi vida ha estado dedicada siempre a las labores del campo. Nunca tuve tiempo para los estudios, salvo para ir a una hora diaria de clase en las largas noches de los tres meses de invierno con el Mestre Montserrat. También tuve un breve aprendizaje musical con el Mestre Lluís Jaume, con el que aprendí a tocar el saxofón.

-¿Qué supuso para usted perder la vista?

-Yo siempre he gozado de buena salud, a pesar de ello hace 30 años que me quedé ciego sin que los médicos supieran la razón o pudieran hacer algo para evitar la pérdida. Esto para mí supuso perderlo todo.

-¿En su ceguera, fue la poesía un refugio?

-Sí, ha sido un pasatiempo, a pesar que no tenía conocimiento poético y que nadie me ha ayudado, he compuesto varias poesías, siempre de manera autodidacta, siempre intentando no imitar a nadie. Cuando finalizo una poesía me da mucha alegría. Pienso que se ha de tener mucha valentía, inspiración y soledad para componer.

-¿Es muy difícil componer poesía sin poderla escribir?

-Sí, mucho. Si yo hubiera podido escribirlas, hubiera podido componer más, pero al haberlas de retener en mi memoria se me hace muy difícil.

-¿Ha compuesta muchas?

-Sí, bastantes, pero no sé exactamente cuántas.

-¿Cuál es su temática favorita?

-Normalmente mis poesías están dedicadas a la payesía, al mundo rural que ha formado parte de mi vida y sobre todo a la naturaleza. Son composiciones sobre lo que viví en mi juventud hasta que perdí la visión. En mis poemas siempre he intentado sacar lo mejor de las cosas y de las personas.

-¿Cuál es el lugar en el que más se inspira?

-Tengo una finca en el campo que es el lugar donde mejor me siento para componer y donde he compuesto todas mis poesías.

-¿Ha pensado recopilar sus obras?

-Sí, me gustaría poderlas tener transcritas. De hecho, ahora me ayudan a recopilarlas.

-¿Le han explicado cómo ha cambiado su pueblo en los últimos 30 años?

-Sí, sé que ha crecido y ha cambiado mucho y todo ello ha sido gracias al esfuerzo de serverins y serverines y de los venidos de fuera. Yo recuerdo sólo los inicios del turismo en Cala Millor, cuando sólo había el hotel Eureka, pero la realidad actual es muy distinta. Cala Millor ha crecido mucho turísticamente.

-¿Qué recuerda de su infancia y juventud?

-A mí me gustaba mucho cantar, canté durante muchos años en el coro parroquial y después las labores del campo siempre las realizaba cantando. Una de las cosas de las cuales me siento orgulloso es que, cuando tenía 19 años, me inscribí en un curso de meteorología y control de vuelo aéreo a nivel nacional, que salió publicado en el BOE. Pensé que nunca me aceptarían, pero me aceptaron junto a otras siete personas de las Islas Baleares. Yo era joven y el único sin estudios, estudié tres meses en Palma con unos magníficos profesores. Y saqué adelante el curso.

-¿Y después, qué le supuso tener este curso?

-Bueno, yo realicé la mili en aviación y estuve destinado en la Base Aérea del Puerto de Pollença. Cuando llegué allí, por falta de especialistas, el coronel de la base me destinó a la torre de control, donde durante dos años fui el único meteorólogo y controlador de vuelo que había. Aquello fue para mí una gran responsabilidad, estuve a punto de no aceptar, pero la falta de gente con formación hizo que estuviera al frente de la torre."Recuerdo los inicios

del turismo en Cala Millor, cuando sólo había el hotel Eureka"

-¿Cuál era su trabajo?

-Estuve relacionado con prácticamente todos los aeropuertos de España. A todos los aviones que pasaban en ruta por la base, yo era el encargado de facilitarles los QAM (datos de visibilidad, temperatura, nubosidad y velocidad del viento) y también me encargaba de los aterrizajes de los aviones en la base de Puerto Pollença. Lo más difícil eran las comunicaciones, ya que el único idioma existente en ellas era el Morse. Tres veces diarias telegrafiaba todos los partes de información meteorológica al aeropuerto de Barajas.

-¿Cuál fue la tarea que le resultó más difícil?

-Tener que telegrafiar la información meteorológica a los aviones que pasaban por la Base del Puerto de Pollença, ya que se tenía que hacer en el breve espacio de tiempo en el que el avión recorría nuestro espacio aéreo."Estuve relacionado con prácticamente todos los aeropuertos de España"

-¿Le hubiera gustado seguir con esta labor?

-Sí, mucho. Después de dos años lo dominaba. Llegué a solicitar hasta tres veces, poder seguir en mi trabajo, pero al no tener estudios universitarios esto no fue posible...

Compartir el artículo

stats