La Comisión Balear de Medio Ambiente realizará una evaluación sobre el impacto ambiental del proyecto de ampliación de la carretera Ma-6100 entre ses Salines y la Colònia de Sant Jordi, dadas las cifras proyectadas para la obra. Debido a la estrechez, falta de visibilidad y seguridad de la vía la reforma prevé el ensanchamiento del firme hasta doblarlo, por lo que se pasará de entre seis y siete metros a 16 metros de anchura: 3,2 para cada uno de los dos carriles de circulación, 1,8 del carril bici a ambos lados y tres metros de zona de dominio público. Unas actuaciones que en total generarán 88.744,69 toneladas de residuos, de los cuales casi la mitad no podrán ser reutilizados.

El Consell aprobó a finales de la pasada legislatura esta ambiciosa actuación de 4.900 metros de longitud entre ambas localidades del mismo municipio, dado el peligro y los accidentes mortales que venía provocando y las reivindicaciones suscitadas por vecinos y usuarios. Está incluida en la fase II de la revisión del Plan Director Sectorial de Carreteras, con un presupuesto de 5,2 millones.

La evaluación sobre el posible impacto paisajístico aprobada ahora valorará la necesidad y opciones de algunas actuaciones, como la creación de una zona auxiliar de 5.000 m2 que será hormigonada, pese a que no queda determinada su ubicación ni si se restaurará una vez finalice la obra. También hay que tener en cuenta que dentro de los 42.300 nuevos m2 consumidos, 16.400 corresponden a espacios de especial interés del Cap de ses Salines. Está previsto que las actuaciones afecten, además, a 5.500 m2 de hábitat de interés comunitario, dunas litorales y área de campeo de aves como el águila pescadora. El proyecto inicial ya especifica que "la capacidad regenerativa de la mayor parte de los recursos naturales afectados, se ve imposibilitada por la propia infraestructura".