­"Me fui de mi país para no estar en guerra con nadie. Y lo hice sin dejar ningún enemigo. Era una guerra muy sucia. Nos fuimos sin nada. Dejamos la familia, los amigos, nuestros bienes. Yo tenía trabajo, casa y negocios. Lo perdí todo. Fue muy difícil dejarlo todo por la guerra".

Este testimonio podría ser de cualquiera de los miles de refugiados que se agolpan en las fronteras de la Unión Europea.

Pero esas declaraciones son de hace unos años, exactamente, de 2012, cuando se cumplieron dos décadas desde la llegada a Sóller de un grupo de bosnios que escapaban de la guerra de los Balcanes.

Red de acogida

En aquel entonces, uno de ellos, Dragan Savinovic, explicaba lo complicado que fue dejarlo todo atrás para iniciar una nueva vida en Sóller, donde una plataforma ciudadana organizó una red de acogida y logró fletar un vuelo para traer a decenas de refugiados.

Algunos de estos bosnios que llegaron en el año 1992 regresaron después a su país, pero otros se quedaron, como Savinovic, que destacaba la buena acogida que había tenido en Sóller. "Muchos ni tan sólo conocíamos a la gente de aquí que nos dejaron la casa donde nos establecimos para comenzar de nuevo", recordaba en aquel entonces, mientras destacaba la ayuda recibida de personas como Joan Frau, María Vázquez o Tolo Trias.