Las lluvias caídas de forma intermitente desde el viernes pasado han provocado que la vendimia se detenga. Hace aproximadamente una semana que se habían iniciado las labores de recolección de uva de las variedades blancas más tempranas.

Algunos viticultores ya habían finalizado esta parte de la campaña, pero otros seguían vendimiando ayer, aunque interrumpieron los trabajos a media mañana.

La cantidad de agua caída, que rondaba los 40 litros por metro cuadrado en la zona de Consell y Santa Maria, ayer por la mañana, ha provocado una disminución del grado de azúcar que aconseja parar las labores. En las fincas de la bodega Macià Batle, de Santa Maria, se notó una bajada de 7 décimas. Mientras el viernes se vendimiaba chardonnay con un grado baumé de 13,2, ayer era sólo de 12,5 grados.

Sin embargo, la mayoría de payeses coinciden en afirmar que la lluvia va a resultar beneficiosa pues las variedades tintas, que se recolectan más tarde, estaban sufriendo un estrés hídrico excesivo.

Antoni Colom, enólogo de la firma can Ribas, de Consell, explica que "muchas cepas tenían ya las hojas amarillentas por el exceso de calor. La planta se deshidrataba por mucho que la regásemos porque la temperatura era muy alta". La bajada del termómetro de este fin de semana y el aporte de agua facilitarán una correcta maduración, opina el técnico.