La temporada hotelera en el área formada por Palmanova y Magaluf -la principal zona de Calvià con más de 20.000 camas- no ha ido bien ni remontará este mes. En julio y agosto, la ocupación se ha reducido en porcentajes en torno al 4% (un 3,9 y un 3,7%, respectivamente). Además, el principal mercado, el británico, ha caído en torno al 6%. Y el que era un mercado en auge en esta zona hasta hace un par de años, el ruso, se ha desplomado un 56,6%.

Hasta aquí, los datos negativos expuestos ayer por el presidente de la asociación hotelera de Palmanova-Magaluf, Sebastià Darder, ante los medios. El sector hotelero interpreta que esta bajada es un producto de los últimos coletazos del "viejo Magaluf". "Todavía sigue el estigma de la mala reputación", argumentó Darder, quien apuntó también al aumento de precios de los hoteles como posible causa de este bajón.

Más allá de los datos negativos, de los que puede dar fe algún hotel de Magaluf con caídas de ocupación de hasta el 18%, los hoteleros destacan que "algo está cambiando" para bien en la zona. Ésta es una idea en la que incidió ayer con fuerza Darder, en una rueda de prensa en la que estuvo acompañado de su mano derecha en la asociación, Joan Espina, y de dos pesos pesados del departamento de Turismo de Calvià, Juan Mesquida y Jaime Nadal. Entre los datos que ayudan a los hoteleros a dibujar un panorama más esperanzador, está el del aumento del 3,2% del turismo familiar y del 2% del formado por parejas y adultos, frente al descenso del turismo joven, más asociado a manifestaciones de hooliganismo. En los primeros meses de la temporada, la zona perdió unos 8.000 jóvenes. Un dato que explica la reducción del turismo británico, que ya representa sólo el 54% del total de estancias cuando hasta hace unos años superaba con creces el 60%. Otros mercados que evidencian una clara tendencia a la baja son el español, que cae un 8,6%, y el ruso. Por el contrario, otras nacionalidades experimentan una importante subida, como los alemanes, que suben un 7,8%, los italianos (34%), portugueses (21%) y nórdicos (12%).

Darder remarcó que, si al repunte del turismo familiar y a la reducción del mercado más hooligan se le une la evolución al alza de los precios que ha habido este año y la creación de más puestos de trabajo (habló de 216 nuevos empleos en el sector), el resultado estimula el optimismo.

"Estos datos evidencian que estamos en el buen camino para reconvertir la zona hacia otros segmentos de clientes. Buscamos un cliente de más nivel y [buscamos] espantar a los 'hooligans'. Esto necesita un periodo de transición, que siempre genera desajustes", manifestó el dirigente hotelero, quien emplazó a la oferta complementaria a integrarse en este proceso de renovación.

Los hoteleros destacaron la apuesta de las instituciones para "poner coto" y hacer que Magaluf "no sea una selva". En esta línea, el director general de Proyectos Estratégicos, Joan Mesquida, habló de un "cambio de tendencia" y resaltó la intensificación de la labor informativa de la Policía Local en el cumplimiento de las normas.