El ambicioso proyecto de intervenciones arqueológicas 2015-19 en el poblado talayótico de Can Jordi (a unos tres kilómetros del pueblo de Santanyí, cerca de la carretera de Cas Concos) ha arrancado. Exactamente desde el pasado día 3 se realizan excavaciones arqueológicas e investigaciones. La dinámica asociación sociocultural Lausa (web www.lausa.cat) es la impulsora de esta iniciativa, que a su vez potenciará la difusión cultural y turística. Se dispone de una ayuda de unos 12.000 euros concedida por el Consell de Mallorca, mientras que el ayuntamiento de Santanyí aporta 8.000. En esta parte inicial de campaña llama poderosamente la atención el parecido con otro monumental yacimiento arqueológico: el montuïrer de Son Fornés.

El equipo de directores arqueólogos está integrado por Damià Ramis, Beatriz Palomar, Nicolau Escanilla y Montserrat Anglada. Los trabajos se prolongarán hasta el 31, con un horario de 8.30 a 14.30 horas, de lunes a sábado. A destacar el papel de los voluntarios. De hecho, arqueólogos y Lausa hacen un llamamiento para que aquellas personas interesadas en el patrimonio se involucren y contribuyan al redescubrimiento de las popularmente llamadas Talaies de Can Jordi. "Estamos aquí para beneficiar a la historia de la prehistoria, arrojar luz", remarcan tanto los expertos arqueólogos como los miembros de Lausa. Se calcula que la superficie de terreno que llegó a ocupar este poblado sería de en torno a 12.000 metros cuadrados.

Un primer poblado dataría de entre los años 900 y 500 antes de Cristo. Después habría habido abandono y destrucción, posteriores reconstrucciones, etc.

La brigada de Patrimonio del Consell se implica, al igual que el consistorio santanyiner, con efectivos y distintos recursos. El ambicioso plan de excavaciones e investigaciones abarca desde este 2015 hasta 2019 inclusive.

Los tramos de murallas defensivas así como otros múltiples restos ya hallados constatan la importancia de Can Jordi. En este sentido, Palomar apunta que el interés radica en ver la evolución del poblado y su transformación social y urbanística-arquitectónica.

La polémica

Lausa agradece la colaboración activa de los diferentes propietarios de fincas donde se ubica el poblado talayótico. En esta línea, tanto miembros de Lausa como los arqueólogos directores remarcan que se desea evitar conflictos: "Queremos buen rollo". No obstante, uno de los titulares, Tomeu Bonet, quien precisamente posee en su finca el talaiot más conocido del poblado, ha presentado un recurso de alzada "por discriminación en proyecto de interés general". Critica la subvención otorgada al detectar presuntas "irregularidades en el expediente", requiriendo por ello "la revisión del proyecto y su paralización hasta que se certifiquen las garantías efectivas".

Lausa subraya que se actúa en el sector C y que no se entra en la propiedad de Bonet, respetando al máximo su talaiot. En contraste, Bonet (que detalla su postura en la web www.talaiotcanjordi.com) considera que su monumento Bien de Interés Cultural es el "más emblemático del yacimiento" y no se han tenido en cuenta sus propuestas y "jamás" ha recibido comunicación ni invitación para participar en el proyecto. En 2012 promovió una campaña de crowfunding pero no logró recaudar los fondos necesarios para materializar sus intenciones.