Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Agricultura

'Batalla' por el nombre de un tomate

Tras conseguir la inscripción de la tomàtiga de 'ramellet' en el Registro Nacional de Variedades Comerciales, la Associació de Varietats Locals critica ahora el uso confuso de la denominación 'd'enfilar' para los híbridos

Imagen de las jornadas sobre el tomate de 'ramellet' y sus diferentes variedades y semillas realizadas hace unos años en Ariany. s. sansó

Cuando a finales de mayo de 2012 el tomate de ramellet quedaba inscrito como variedad de conservación en el Registro Nacional de Variedades Comerciales, todo parecía indicar que la controversia por delimitar lo que era o no era enseña de la agricultura tradicional mallorquina, quedaba zanjada.

La inclusión venía directamente motivada por la apropiación, cada vez mayor, del nombre por parte de hortalizas híbridas que no se correspondían con la tipología y cualidades originales, lo que conllevaba la confusión del consumidor.

"Las malas prácticas no han cesado y el tomate híbrido se sigue vendiendo como de ramellet", lamenta Antoni Feliu, presidente de la Associació de Varietats Locals, quien intenta reconducir la conciencia del cliente final al respecto.

Hace unas semanas la empresa de Ariany Agroilla, comenzó una nueva campaña informativa para diferenciar lo que hasta ahora se dejaba a la elección del consumidor sin especificar modo de producción. "Es cierto que se distingue el tomate de ramellet del cultivo híbrido, pero a éste último le llaman ahora d'enfilar, lo que de nuevo lleva a confusiones ya que una de las prácticas llevadas a cabo para la conservación del tradicional es precisamente el engarce", reafirma Feliu.

La Associació de Varietats Locals, con sede en Porreres, pide "responsabilidad" a la empresa y que "reconsidere su propuesta", al tiempo que invita a la administración para que tome acciones que lleven de una vez por todas a la distinción entre tomate tradicional e híbrido.

Para satisfacer la gran demanda del mercado, Agroilla cultiva y comercializa tanto tomate de ramellet tradicional como dos variedades híbridas. Según su gerente, Guillem Adrover, el objetivo del que se ha convertido en el primer productor y distribuidor hortofrutícola de Balears es "servir un tomate de calidad a precios competitivos que permitan a los agricultores mantener su actividad de manera rentable", por lo que cree que es un ejercicio de trasparencia, ofrecerle más información cambiando la denominación de ramellet a tomàtiga d'enfilar/tomate de ristra para los híbrido. Eso es importante porque la empresa cultiva cada año más de un millón de kilos de los dos tipos de tomate: 250.000 kilos de autóctonos y 800.000 de híbridos, que son los primeros en salir y exportarse también hasta el levante peninsular.

Años de lucha

En el año 2009 la conselleria de Agricultura y Pesca llevó a cabo unas jornadas para crear una Indicación Geográfica Protegida (IGP) para el tomate de ramillete, donde se contemplaba que el híbrido se vendiera bajo el mismo paraguas que el cultivar tradicional. Para evitar esta apropiación del nombre, la Associació llevó a cabo una iniciativa para que el Gobierno registrara el tomate y protegiera este cultivo y los agricultores que lo cultivan.

Según el colectivo, el abandono del uso y conocimiento del campo, junto con la utilización de nuevas semillas provoca la desaparición de la tradición campesina y sus variedades. "Sin embargo actualmente hay agricultores que apuestan por los sabores auténticos, por la biodiversidad y por la soberanía alimentaria, lo que ha provocado una contratendencia para recuperar y fomentar las variedades locales. Estos, sin embargo, se ven afectados por malas prácticas como el apoderamiento de cultivos tradicionales para obtener nuevas semillas y el de los nombres tradicionales para denominar las nuevas variedades híbridas".

El tomate de ramellet es una de las variedades locales más conocidas por su capacidad de conservación a lo largo de casi nueve meses y la intensidad en su sabor. Esta variedad se conserva tradicionalmente enfilada mediante el cosido de los capullos, colgada en varas de acebuche y tendida sobre cañizos. En 2008 se llegaron a contabilizar 32 variedades diferenciadas en ocho grupos.

Compartir el artículo

stats