La falta de lluvias en abril y las altas temperaturas del mes de mayo han mermado una cosecha de cereales que se vaticinaba muy buena. El invierno empezó con muy buenas perspectivas, las labores como la siembra y el abonado pudieron llevarse a cabo con tranquilidad y sin ningún tipo de problema, el tiempo acompañó en todo momento.
Una primavera muy seca, ni una gota de agua en todo el mes de abril, y varias olas de fuerte calor en mayo, acabaron con las buenas expectativas de la campaña; al sembrado le ha faltado humedad para aguantar hasta su maduración.
Extensiones de cebada quedaron escaldadas con los más de 35 grados que se dieron a principios de mayo y a la hora de su recogida han dado entre 1.500 y 1.800 kilogramos por quarterada. El caso de la avena ha sido peor, apenas si llega a los 1.000 kilogramos por la misma extensión.
Cabe señalar que estos datos son diferentes según las zonas y si la siembra fue más o menos temprana.
"Ni grano ni paja", exclamó un veterano payés al que acababan de cosechar su parcela de avena hace unos días. Otro dice que "en Campos llovió mucho a finales de marzo y esta lluvia les ha salvado la cosecha, algo que no ha sucedido por aquí".
Se salva el trigo
El trigo parece que tendrá mejores resultados pues la media de recolección está entre los 2.200 y los 2.500 kilos por quarterada; pero en el caso del triticale, híbrido entre trigo y centeno, en algunas zonas se ha perdido hasta el 50%, "En los alrededores de Ruberts y Sencelles los campos de triticale eran preciosos pero a la hora de su cosecha apenas han tenido grano, ya que este es muy sensible al escaldado por las altas temperaturas, una verdadera lástima", explica Biel Torrens, secretario de Unió de Pagesos.
El forraje ha sido bastante bueno al tratarse de una siembra tempranera.
En cuanto a las leguminosas, las habas apenas se siembran, si hay algún pequeño terreno el resultado ha sido malo. El habón, regular. Muchos de los lugares en los que había guisantes se han labrado sin cosecharlos, no valía la pena. Los garbanzos bastante mal, como siempre; un agricultor cuenta una sentencia sobre los garbanzos que explica su poco rendimiento. Dice así: "Si siembras progresivamente todos los garbanzos que te van dando las distintas cosechas, a los 10 ó 12 años te quedas sin un grano", puede que sea un tanto exagerada, pero da una idea de su baja producción.
Los árboles lo están pasando francamente mal, de manera especial los almendros. "Si vas de Sineu a Llubí o a Muro y te fijas en los almendros te das cuenta que ya tienen las hojas quemadas debido a la falta de agua. A esto hay que sumar el avance del hongo de la madera que está matando a centenares de estos árboles. En unos cuantos años, si no se encuentra una rápida solución, los almendros desaparecerán de la isla", dice Torrens.
Los olivos también han sufrido el fuerte calor. "Cuando se dieron los picos de altas temperaturas, a principios de mayo, los olivos habían florecido y el calor quemo la mitad de la flor. Puede que el fruto que ha quedado sea un poco más grande pero tendremos menos aceite", comenta Jordi, un experimentado aceitunero del Pla.
La viña también se ha visto perjudicada, el calor ha paralizado el crecimiento y se espera que haya menos producción. Sin embargo muchos viticultores han regado durante el periodo permitido lo cual posibilitará que la producción sea alta en zonas donde no se cultiva estrictamente en secano. Cabe destacar también que las cepas están bien sanitariamente, no se aprecian manchas de hongos. Diferentes fuentes del sector apuntan que el inicio de la vendimia puede adelantarse a la próxima semana.
