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Entrevista

Felip Munar i Munar: "Una copa de vino lo arregla todo, es un gran elemento socializador"

Felip Munar posa con su nuevo libro en el Pou de Lloret. j. frau

Felip Munar (Lloret, 1960) es un apasionado de la cultura popular mallorquina. En esta nueva publicación, que presentará el día 30 en el puerto de Felanitx, enfoca su pasión sobre la causa del vino y su relación con esta tierra desde diferentes perspectivas. "Alrededor del vino se percibe alegría, y la alegría es optimismo, es felicidad, es placer...". Cree que Mallorca produce uno de los mejores vinos del mundo, aunque echa en falta una mejor comercialización para aprovechar el mercado turístico.

-¿Cómo surgió la idea de dedicar un libro al vino autóctono?

-Trabajo en ello desde hace años. Todos sabemos cómo se ha recuperado la magia que se tenía sobre el vino. Todos los agroturismos tienen una bodega de vino mallorquín porque los turistas quieren beberlo aunque sea más caro. ¿Cómo es posible que haya 77 bodegas en Balears? El turismo del vino es una fuente muy interesante para dar a conocer y respetar lo que tenemos. Los bodegueros hacen grandes inversiones para renovar las bodegas. No es un libro profundo, pero arranca desde el año 7.500 Antes de Cristo hasta la actualidad, haciendo una pincelada para explicar por qué estamos en este momento. ¿Por qué desde el punto de vista de la cultura popular? Porque es la gente normal y corriente que ama el vino.

-¿Desde cuándo está documentado el vino en Balears?

-Fue introducido por los fenicios en Eivissa. Se han encontrado ánforas del 4.500 A. C. con restos químicos que indican que transportaban vino. No entendemos la vida mediterránea sin el vino. No se ganan grandes fortunas con el vino en Mallorca, pero se sigue elaborando. Nadie se esperaba hace unos 50 años que el vino fuese tan valorado hoy en día en la isla. Alrededor de una copa de vino todo se arregla. Es la excusa perfecta para encontrarse bien en compañía de alguien.

-Aquel vino primigenio debía ser muy diferente al de ahora.

-Sí. De hecho, aquí en Mallorca en la década de los 70 y 80 se arrancaron muchas viñas de forma subvencionada porque el vino no tenía la calidad de ahora, a excepción de algunas viñas. Actualmente, hay lista de espera para sembrar viñas porque solo se permiten determinados cupos debido a la normativa europea. A las ferias del vino va muchísima gente. Creo que es una bebida de los dioses, es la sangre reconvertida en el acto simbólico de la liturgia. Hacer el vino es toda una religión que acaba con el acto magnánimo que es saborear una copa de vino. Es una religión que no tiene ateos, pero sí dioses, según la mitología clásica.

-¿Cuáles son los límites del vino mallorquín?

-Yo creo que no fuimos astutos y no creamos la denominación de origen Mallorca. La isla es un pequeño universo que tiene de todo. Igual ocurre con los higos. El microclima particular de cada zona hace variar el producto. En las viñas pasa lo mismo. También creo que las bodegas deberán redefinirse para juntarse o crear cooperativas. Todo tiene un límite, y no solo por el espacio disponible. Es difícil que sobrevivan todas las bodegas que han salido, a pesar de que son espectaculares."El turismo del vino es una fuente muy interesante para dar a conocer y respetar lo que tenemos"

-¿Se atreve a decir qué comarca de la isla produce el mejor vino?

-No. Muchas bodegas de la isla ubicadas en diferentes comarcas producen muy buenos vinos. Es algo muy positivo que los turistas también aprecian.

-¿No cree que el vino mallorquín también es un producto de lujo por su elevado precio y que por ello es más difícil que todo el mundo tenga acceso a él?

-Mucha gente me ha comentado que prefiere dejar de beber algunas cosas y pagar algunos euros más cada día para beber vino de aquí. Que haya gente que quiera gastarse más dinero para disfrutar de un vino mallorquín es algo que me sorprende. Hemos llegado a una cualificación muy interesante. Antes en Mallorca mucha gente producía vino para su consumo, vino de 'potada'. Se seguía toda la parafernalia y teatralización que envuelve a la cultura del vino. Era en la década de los 70, no ha pasado tanto tiempo. Hoy en día todavía se puede comprar vino mallorquín a precios asequibles en los pueblos, donde vas con la botella para que te la llenen.

-¿El vino es una parte indisociable de la dieta mediterránea?

-Sí. Además, todos los médicos lo dicen: beber una o dos copas de vino es encontrarse mejor contigo mismo y con el resto. Yo llegué a tener una buena colección de vino Vega Sicilia pero me lo bebí, en buena compañía, porque el vino tiene una vida finita y hay que beberlo, disfrutarlo. El vino, como la amistad, hay que compartirlo y saber disfrutarlo en el momento adecuado. Es un elemento socializador muy bueno entre las personas.

"Hacer vino es toda una religión que acaba con el acto magnánimo de saborear una copa"

-¿Más que la cerveza?

-Creo que sí, pero alerta con la cerveza dentro de un par de años en las islas. Está en auge y se busca aquella cosa única, igual que con el vino. En Mallorca hay un gran mercado que hay que aprovechar. ¿Qué otro lugar del mundo tiene un mercado de 10 o 12 millones de personas? Tenemos que saber vendernos bien, también en los mercados extranjeros, ya que tenemos el mejor producto del mundo. No entiendo por qué nos pasa esto. Lo tenemos todo aquí y vamos a buscar el producto de fuera.

-¿El vino que se produce en las otras islas es muy diferente al mallorquín?

-Es totalmente diferente. Cada isla tiene una particularidad.

-¿A qué nivel situaría el vino mallorquín en la clasificación mundial?¿Estamos cerca de los primeros puestos?

-Creo que sí, estamos cerca. Por ejemplo, los vinos del Priorat, que dicen que son los mejores del mundo, ya han pasado delante de los Rioja en América, a pesar de ser mucho más caros. Han hecho un salto cualitativo muy importante. En las islas nos ha ocurrido lo mismo. Creo que en los próximos años se irán perfeccionando los vinos mallorquines porque habrá una selección natural con las bodegas. Aquí en Mallorca se habla de hacer una ruta del vino como ocurre en la Rioja. Hay que hacerlo, y durante todo el año, porque sirve para diversificar el turismo. La gran ventaja es que tenemos el mercado aquí.

-¿La cultura popular nacida en torno al vino, como las 'gloses' que se cantaban durante la vendimia, está en peligro de desaparición?

-No se va a perder porque el vino siempre tendrá el poder de generar por sí mismo la idea de crear, de sentirse bien. El vino genera empatía en todos los sentidos. La gente recuerda el cancionero popular a pesar de que nadie lo canta. Internet es una gran ventaja para ello porque te da acceso a todo este mundo.

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