Antes de que la extensión incontrolada del mosquito tigre suponga un problema en Calvià, el Ayuntamiento ha puesto en marcha un plan estratégico para la prevención y control de este insecto, ya que se trata de una especie invasora instalada en el municipio. Además, hoy a las 19.30h el Ayuntamiento ofrece una charla didáctica a los ciudadanos para informar sobre la problemática de este mosquito y resolver dudas. Tendrá lugar en el edificio juvenil Es Generador.

El plan estratégico consiste en la colocación de entre 60 y 80 ovitrampas por todo el municipio para impedir la reproducción del mosquito. Se colocan desde abril hasta octubre, en plena época de reproducción del insecto, cada quince días, y tan solo constan de un pequeño recipiente de agua con una barra de madera, simulando así las condiciones en las que estos mosquitos se reproducen: en pequeñas cantidades de agua estancada.

Según Eduardo Cózar, jefe del servicio de Medio Ambiente del Ayuntamiento, "cada quince días pasamos y cambiamos los recipientes, retirando así miles de huevos".

Este procedimiento, además, sirve para localizar los lugares exactos del municipio donde el mosquito se reproduce más. Si se localizan huevos, se llevan a cabo dos acciones: en los lugares públicos se analizan las aguas estancadas cercanas a las trampas para determinar si también hay huevos. En los accesos privados, se reparten panfletos informativos para que la ciudadanía esté al tanto y pueda fabricar sus propias trampas.

"Una molestia"

El mosquito tigre no es peligroso, "simplemente una molestia", en palabras de Cózar, ya que no transmite ninguna enfermedad de importancia. En zonas endémicas, el mosquito es esencial en la transmisión de enfermedades, como por ejemplo la fiebre amarilla, o el dengue en América Central y del Sur. "En Europa no representa un problema porque estas enfermedades ya están erradicadas", explica.

La evolución de las trampas se sigue de forma exhaustiva con el objetivo de detectar dónde se debe actuar con mayor rapidez. Este año algunas trampas se colocaron en marzo, "ya que la temporada cálida parece empezar cada vez más temprano", dice el jefe de Medio Ambiente.

Aunque las trampas se colocan sobre todo en la temporada reproductiva del mosquito, también se instalarán algunas en invierno. El objetivo: servir de preaviso por si la temporada de reproducción se altera y empieza antes.