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Agricultura

Jóvenes poblers recuperan el cultivo del arroz bombita tradicional en s'Albufera

Guillem Serra y Joan Toni Crespí iniciaron hace tres años la experiencia de plantar arroz en las acequias de 'ses Veles' - Consiguen viejas parcelas para plantar a cambio de mantenerlas limpias

No se conformaban con cobrar el paro ni "vivir de prestado" así que decidieron girar la vista atrás y vivir como sus abuelos, de lo que les ofrece la tierra y el sudor de su frente. Con esta filosofía, Guillem Serra y Joan Toni Crespí Socies, dos jóvenes de sa Pobla, decidieron recuperar el cultivo de arroz en s'Albufera.

La experiencia comenzó hace tres años y como aseguran ambos jóvenes agricultores, "no da para vivir sólo de ello, pero lo complementamos con otras actividades agrarias y vamos ganándonos la vida sin costarle dinero a los demás". El primer año consiguieron unos 300 kilos de arroz bombita, el año pasado fueron 600 kilos y este año creen que bajará un poco la producción porque las condiciones climáticas no han sido demasiado favorables. Aun así, ellos aborrecen hablar de producción en kilos. "Los payeses de sa Pobla viven con una báscula al lado -manifiesta Guillem Serra- y eso ni es vivir, ni es producir calidad y salud para el consumidor. Nosotros no miramos los números globales sino la calidad del arroz por que es el que comemos".

Su experiencia ha consistido en sembrar arroz de la forma más antigua y natural posible. "No le echamos nada. Dejamos descansar las parcelas inundadas el tiempo que precisan y que los nutrientes se repongan. No usamos pesticidas, ni herbicidas, ni nada de eso; en su lugar invertimos horas de trabajo y eliminamos las plantas que crecen a mano, como el serret, que es muy parecida al arroz pero es una hierba; colocamos rejas metálicas para que los gorriones no diezmen la cosecha. En pocas palabras, hacemos lo que hacían los viejos", informa el joven.

Pero el proyecto de estos dos agricultores no sólo tiene la ventaja de proporci0narles trabajo y alimento; a la vez posibilita la recuperación de un espacio tradicional del campo pobler que se ha ido abandonando: ses Veles.

Las Veles datan, según fuentes documentales existentes, del siglo XVII. Los payeses abrían acequias anchas para ganar terreno a s'Albufera. El barro y la turba que obtenían de ese dragado se acumulaba sobre unos grandes rectángulos de terreno centrales. Estos rectángulos o veles, siguen siendo hoy terrenos muy fértiles. Estas parcelas pasaron a ser propiedad del Real Patrimonio en el siglo XVIII, si bien se siguió permitiendo el uso agrícola a los primitivos propietarios.

Situación actual

En la actualidad muchos propietarios mantienen la parcela central para su huerto personal, pero las acequias se han ido abandonando. En esas acequias era donde se cultivaba el arroz.

Los jovenes agricultores que las están recuperando se han dirigido a los propietarios y les han ofrecido un trato 'a la antigua'. Piden prestadas las acequias para cultivar su arroz a cambio de mantener limpias las mismas y las lindes de las parcelas.

Los tres jóvenes emprendedores, pies en el agua, durante la siembra. P. CÓRCOLES

Guillem sostiene: "En estos años hemos recuperado varias acequias que estaban ya invadidas por el cañizo". Los alrededores de la zona que cultivan se ven invadidos por la maleza.

Los jóvenes no sólo están recuperando un cultivo ancestral sino un estilo de vida. "Nosotros pensamos que hay mucha hipocresía social y muy poco espíritu de sacrificio. Hay trabajo por hacer y quien quiera puede trabajar. Lo que ocurre es que asusta mucho el trabajo manual, el tener que invertir muchas horas para arrancar algo a la tierra. La gente prefiere esperar, cobrar el paro, y ver si sale algo mejor y descansado", asegura Serra.

Los dos emprendedores piensan que es preciso que se vuelva la mirada hacia el campo y hacia la producción de calidad. Serra indica que "es preciso pensar y tener en cuenta que, por ejemplo, podemos necesitar los servicios de un abogado varias veces en nuestra vida, pero los de un payés los necesitamos tres veces al día, porque hemos de comer".

El último arrocero

Todo este proyecto incipiente no hubiera sido posible sin la aportación y sabiduría ancestral del último de los arroceros de ses Veles que había seguido manteniendo el cultivo hasta casi su fallecimiento. Se trata de mestre Bartomeu Crespí, Parril. Este payés pobler falleció hace unos meses y fue quien enseñó a los jóvenes las técnicas, el manejo y los cuidados artesanales que precisa el cultivo del arroz tradicional.

Imagen de sembradores de arroz en la decada de los años 50.

Ambos se emocionan al recordarle: "Venía últimamente y se sentaba a mirar como trabábamos y nos animaba". Sostienen que ahora más que nunca quieren culminar su proyecto e intentar ilusionar a otros jóvenes. Sin embargo, "son pocos los que se quieren sumar", dicen. Hace escasamente un mes que plantaron en las acequias y "únicamente un amigo, Vicenç Batle Socies, se ha animado a sumarse al trabajo", reconocen.

Este año ya han plantado y la recolección se llevará a cabo en octubre. La variedad que cultivan es la tradicional de sa Pobla, el arròs bombeta, que aseguran que es un tipo de cereal que "nunca se pasa". Por esa calidad excepcional que tiene, los precios de este arroz son elevados y es uno de los más apreciados en la cocina local.

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