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Calvià

El vídeo que obligó a cambiar Magaluf

Hoy se cumple un año de la difusión de una felación colectiva en un bar y el sector turístico hace balance - Hay nuevas normas cívicas y más policía, pero las rutas alcohólicas continúan

Las imágenes del controvertido vídeo de junio de 2014.

La veintena de jóvenes, en bermudas y camisetas de tirantes, que estaban siendo grabados con un móvil una noche del mes de junio del año pasado en Magaluf no eran conscientes de que iban a ser protagonistas de un episodio que marcaría la historia turística de la Comunidad, generando el mayor escándalo nunca conocido que ha acarreado importantes cambios normativos a nivel municipal y una reflexión generalizada sobre el modelo de turismo.

Mientras un speaker se dedicaba a animar la fiesta, en una de tantas excursiones alcohólicas que se organizaban (y se organizan) en la localidad, una joven irlandesa participaba en un juego sexual consistente en hacer felaciones a todos los hombres allí presentes. De ello, quedó constancia en una grabación que empezó a circular como la pólvora por WhatsApp. Al menos un concejal del equipo de gobierno lo tuvo en su móvil antes de que trascendiera a la opinión pública, lo que le valió después un toque de atención del entonces alcalde, Manu Onieva.

La viralidad que permiten las redes sociales hizo el resto. Estaballa el escándalo, que no era uno más de los que deparaba Magaluf cada verano. Fue el Gran Escándalo, que llevó el nombre de Punta Ballena a todos los confines del mundo. Llegó la mayor multa conocida en Calvià contra el local y la empresa organizadora del evento: cierre del establecimiento durante 12 meses y sanción de 55.000 euros (aún sin ejecutar). Todo un president de la Comunidad denigraba el modelo de ocio de Punta Ballena. Grandes empresarios hoteleros intervenían en foros públicos advirtiendo de que por este camino no se podía continuar, y anunciando que Magaluf "había tocado fondo". Y, ya como colofón, dos meses después, se producía una operación contra una presunta trama de corrupción policial, denunciada por empresarios vinculados a esas polémicas excursiones alcohólicas. "Está claro que todo aquello nos dañó desde el punto de vista de la imagen", explica el presidente de la asociación hotelera de Palmanova-Magaluf, Sebastià Darder, cuando se cumple un año de la difusión del vídeo. De hecho, la ocupación cayó un 3% en la zona, lo que los hoteleros atribuyeron a la sucesión de escándalos. Darder lidera la opinión de los que consideran que ha habido un "cambio" para que Magaluf deje de ser "Sodoma y Gomorra". "Hay cierta reversión. La gente se está concienciando. Sólo hace falta ver a los jóvenes que van en camiseta o que no sacan bebidas a la calle", apunta el hotelero, quien resalta la implicación del sector "al 100%" para aplicar las nuevas ordenanzas. En este punto aparece la consecuencia más visible del famoso vídeo: la batería de normativas municipales antihooligans para restringir al máximo las rutas etílicas (el pub crawling), el consumo de alcohol en la vía pública y el seminudismo (ir sin camiseta fuera del entorno de las zonas litorales). Unas normas que van acompañadas de más presencia policial este verano y que, incluso, aparecen recogidas en la información que ofrece el Foreign Office británico (el equivalente al ministerio de Asuntos Exteriores) a sus compatriotas que viajan a la isla. "Algunos ayuntamientos han prohibido el consumo de alcohol en la calle y esas conductas pueden ser objeto de multas", se lee entre los consejos que ofrece este organismo.

Javier Pierotti

Un experimentado empresario de Punta Ballena, Alejandro Jara, se alinea también en las filas de los que creen que "lo que ahora se ha sembrado dará sus frutos en dos o tres años para un Magaluf mejor". En cualquier caso, él cree que el cambio no se empezó a gestar con la polémica grabación. "Javier Pierotti tuvo mucha culpa", dijo Jara, en referencia al encargado de locales nocturnos, ya fallecido, que inició una cruzada en el verano de 2013 ante instancias nacionales y europeas para acabar con los desmanes en la zona.

"Es verdad que hay un antes y un después", apunta el presidente de la asociación de comercio turístico Acotur, Pepe Tirado, que recuerda el impacto mediático que generaron aquellas imágenes. "Aquí han venido televisiones de Suiza, Estados Unidos, Alemania. Incluso de Japón", se sorprende aún a día de hoy. Tirado subraya que una prueba de la importancia que da el nuevo equipo de gobierno municipal a Magaluf es que "ha fichado un 'galáctico' como el ex secretario de Estado Joan Mesquida" para coordinar las políticas en esta localidad.

Otra herencia que dejó la gran polémica del verano pasado no ha pasado desapercibida para los empresarios del sector. Los juegos sexuales como parte de la oferta de fiestas nocturnas han disminuido. "Hay una consigna para evitarlos", dice Javier Pedreira, el presidente de la Asociación de Locales de Ocio de Calvià (ALOC), con fuerte implantación en Punta Ballena. "Y han desaparecido los shows lésbicos y sexuales", agrega.

Eso sí, apunta que toda esta oferta sexual se ha canalizado hacia nuevos prostíbulos en Magaluf. "Ahora ya hay 14 en la zona", apunta, lo que relaciona con la llegada de un turismo de perfil más bajo. "Hemos perdido terreno en el mercado de jóvenes de nivel adquisitivo medio que buscan unas vacaciones no sólo desbocadas. Se ha perdido también turismo familiar. Y el de los golfistas de principio de temporada", sostiene. En el nuevo Magaluf, coinciden varios de los testimonios consultados, tampoco ha desaparecido el pub crawling. "Hay más que nunca, e ilegales", cuenta Pedreira, y ratifica Tirado. Eso por no hablar de que se han multiplicado las fiestas en barcos, los eventos en piscinas (las pool parties) y las ofertas para consumir el conocido como gas de la risa. Todo un listado de asignaturas pendientes.

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