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Calvià

Los hoteleros impulsan un frente contra la inseguridad en Santa Ponça

El sector turístico de la localidad 'calvianera' pide soluciones ante el fenómeno de la prostitución callejera en Ramon de Montcada

La playa grande de Santa Ponça (Calvià), uno de los atractivos turísticos de la localidad.

La asociación hotelera de Santa Ponça (Calvià), que agrupa a más de una veintena de establecimientos, organizó ayer una reunión con representantes de la oferta complementaria de este núcleo turístico (bares, restaurantes y comercios), con el objetivo de promover un frente común ante las administraciones públicas para evitar el deterioro de este destino.

"Santa Ponça se caracterizaba por tener un turismo familiar de nivel medio-alto, pero, en los últimos años, lo ha ido perdiendo", declaró el presidente de la asociación hotelera, Antoni Roses. Y puso como ejemplo de ello la disminución del mercado holandés y escandinavo.

El sector turístico ha mantenido conversaciones en los últimos tiempos con touroperadores que trabajaban en Santa Ponça y ha extraído dos conclusiones del porqué de este retroceso de un tipo de mercado característico de este núcleo: familias con niños, que buscan tranquilidad y descanso.

En primer lugar, Roses subrayó que la "inseguridad ciudadana" está haciendo "mucho daño" y que así se lo transmitieron los touroperadores con los que ha hablado. "La prostitución es un problema, porque va asociada a robos con violencia", argumentó el dirigente hotelero, incidiendo en una realidad que no es exclusiva de Punta Ballena y su entorno pese a que concentre todo el foco mediático, sino también de la calle Ramon de Montcada de Santa Ponça. Esta vía concentra los locales de ocio nocturno para turistas.

Port d'Alcúdia

Además, los touroperadores han transmitido a los hoteleros de Santa Ponça otro motivo por el que consideran que la localidad pierde terreno frente a otros destinos de turismo familiar en la isla, como puede ser el Port d'Alcúdia. Se trata de la masificación de embarcaciones que hay en la bahía de la playa grande.

"Es casi como un club náutico. Los padres no están tranquilos entre tanto barco, yate hélices...", apuntó Roses, quien recordó las gestiones que hizo en su día la asociación hotelera para que la zona balizada para los bañistas fuese más amplia, lo que, lamentó, no se ha mantenido.

Tendencia negativa

"Vamos a menos, y esto no puede ser. Si seguimos así, el turismo de poder medio-alto dejará de venir. Hay que pararlo ya. Si estamos de brazos cruzados, la situación nos pasará por encima", manifestó el dirigente hotelero.

La reunión de ayer con bares, restaurantes y comercios de Santa Ponça sirvió para definir los pasos a seguir a partir de hora por parte del sector turístico, que solicitará reuniones con el alcalde socialista Alfonso Rodríguez Badal y la delegada del Gobierno en Balears, Teresa Palmer.

Santa Ponça cuenta con más de una treintena de hoteles, de los cuales 22 forman parte de la asociación dirigida por Roses. El total de plazas turísticas del destino supera las 11.000, según datos del plan general municipal.

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