Con los primeros rayos de la mañana de Sant Joan se inició, a las seis y veinticuatro minutos, a uno de los rituales más tradicionales en Manacor.

Hasta un total de 43 niños y niñas de distintas edades llegados de diferentes lugares de la isla, han pasado por entre las ramas de los dos 'vimers' de la finca de s'Hort des Correu para ver si la magia de los dos árboles conseguirá curar las hernias que padecen. "Es una cuestión de fe, pero funciona en la mayoría de casos", explica Bàrbara Sunyer, que desde hace 57 cumple con el ritual.

Los más de cuarenta niños supone el récord histórico desde que se tiene registro del paso por los tallos de las mimbreras, previamente cortados de forma longitudinal para que los niños pasen por ellos mientras se les unta con la savia en el lugar de la hernia. Tras ello, las ramas son numeradas con una tela distintiva, atadas con hilo de rafia y tapadas con barro para que las familias sepan, al cabo de un mes, si su hijo ha logrado sanar.