El cierre de los aparcamientos irregulares de ses Covetes y la limitación de entrada a la población a solo 300 vehículos al mismo tiempo por la escasez de plazas ORA, han hecho que los turistas no puedan acceder con facilidad ni a las playas des Freu y es Trenc, ni por tanto a los restaurantes, chiringuitos y comercios de la zona que protestan ante lo que consideran "un abandono total" de las administraciones. Tanto que en algunos casos incluso han perdido el 80% de clientes respecto a las mismas fechas del año pasado. El verano empieza en ses Covetes con terrazas vacías, tristes, sin apenas comensales a la hora de comer a pesar de ser pleno fin de semana; hamacas y sombrillas desocupadas pese al calor y el buen estado del agua, supermercados sin consumo y muchas caras largas.
"El impacto está siendo brutal en los diez establecimientos que aquí vivimos de ello. Solo hay 300 aparcamientos y eso es claramente insuficiente", explica Pedro Escales, responsable del restaurante Ran de Mar. "Pagamos contribución, basura, tenemos que abonar los gastos de luz y agua y en cambio nos limitan de esta forma. Esto es insoportable, hemos perdido al menos la mitad de la clientela del año pasado porque simplemente no pueden llegar hasta aquí. Somos la playa que los turistas ven al llegar al aeropuerto y sin embargo estamos aislados del mundo". Escales reconoce que hay establecimientos que ni llegan a los 100 euros de caja al día, "con lo que difícilmente pueden pagar al personal".
Hamacas sin bañistas
"Es una desgracia, a este paso si no hay una solución nos van a arruinar. Si esto sigue así moriremos antes de llegar a agosto", añade Miquel Jeroni Pizà, concesionado de uno de los chiringuitos de la playa, donde apenas entran clientes a la una y media de la tarde del sábado. Es complicado que lo hagan cuando frente a su establecimiento no hay sombrillas o hamacas ocupadas. Algo complicadísimo de ver empezada la temporada turística en el arenal más famoso de toda Mallorca.
"La caja demuestra como estamos, no me lo estoy inventando", señala Alejandro Sureda, del restaurante Can Noray, cuya terraza denota una tranquilidad inaudita, refiriéndose al bajón de hasta un 70% de sus ingresos en relación a la temporada pasada. "Desde el ayuntamiento de Campos nos dicen que los aparcamientos cerrados son ilegales y que la única solución es expropiar para crear otros públicos, pero... ¿cómo pasamos mientras tanto la temporada? Solo queremos una solución temporal para poder vivir de nuestro trabajo".
En 2014 por estas mismas fechas, ses Covetes tenía capacidad para albergar entre 1.200 y 1.400 vehículos al mismo tiempo. Ahora apenas tres centenares. "Hace unos días he tenido que firmar la carta de despido a un trabajador que llevaba seis años conmigo. El año pasado éramos diez y ahora solo cuatro", se lamenta.
"Estoy hablando con usted en pleno domingo de verano a la hora de comer. Cualquier otro año hubiera sido imposible", remarca uno de los cocineros del bar-restaurante El Último Paraíso. Los clientes han bajado el 80%".
Daño a la imagen turística
Daniel Paulos, empleado del supermercado Spar de ses Covetes, afirma que a los turistas "les cuesta mucho entender la situación, porqué no pueden llegar. Si normalmente en verano nos visitaban 10.000 personas diariamente, ahora deben ser unas 1.200, con ORA, sin parada de bus... la gente deja de venir y muchos alemanes han dejado de alquilar casas en el pueblo... ¿Para qué si no les dejan ni entrar a aparcar?". Paulos cree que lo más complicado y preocupante "no es solo encontrar una solución, sino después volver a recuperar la imagen perdida con todo esto. Si vivimos del turismo y no lo cuidamos no podemos querer que vuelvan. La temporada creo que está perdida, no vamos ni a empatar".
