­"Quiero gobernar para todos, para las 40.000 personas del municipio, hayan votado una u otra opción", destacaba ayer tras su investidura Miquel Oliver (Més-Esquerra), el primer alcalde de izquierdas que tiene Manacor desde el socialista Jaume Llull, hace veinticinco años.

Liderará a partir del lunes un equipo formado por cinco ediles en minoría (la mayoría son once), que tratarán de sacar adelante las áreas de gobierno "con ilusión" y con la invitación explícita para que los dos partidos que le dieron su apoyo durante el pleno de constitución, PSIB-PSOE y Volem "entren a formar parte de él".

Aunque la sesión estaba prevista para las doce del mediodía, unas dos horas antes ya había gente aguardando la apertura de las puertas del viejo consistorio del claustro de Sant Vicenç. A las once se abrió la sala, que no tardó en llenarse, sobre todo de votantes, amigos y afiliados de Més y Esquerra, además de partidarios del Pi, hasta ahora en el gobierno municipal de la mano de Antoni Pastor, que, tras doce años ininterrumpidos, no acudió.

El concejal de mayor edad, Bernadí Bou (PP) y la benjamina Núria Hinojosa (PSOE) actuaron como valedores del proceso de investidura. Tanto el Partido Popular como AIPC-SyS y Proposta per les Illes, votaron a sus receptivos candidatos a la sucesión, Pedro Rosselló, Joan Gomila y Catalina Riera respectivamente. También, evidentemente los cinco ediles de Més-Esquerra, que además recibieron el voto de los tres regidores del PSOE y el de Carles Grimalt de Volem, la marca blanca de Podemos en el municipio. De esta manera, con nueve nominaciones, Miquel Oliver era elegido alcalde de Manacor entre aplausos y para los próximos cuatro años.

En un ambiente sosegado y sin tensión, la única nota discordante la protagonizó el líder de AIPC-SyS, Joan Gomila, quien después de dar la enhorabuena a Oliver y recordar a sus antecesores en la formación porteña, recriminó de nuevo a los nacionalistas su supuesta falta de interés por llegar a un pacto de centroizquierdas con El Pi y el propio AIPC dentro: "Era una oportunidad que habéis lapidado. Yo admiro la lealtad de la gente que cumple con su palabra e intenta tirar adelante. Os deseo una buena legislatura... lo importante no es hacer, sino ser".

En cambio ni PP ni El PI quisieron ahondar en la polémica y se mostraron dispuestos a trabajar desde una "oposición constructiva".

Curiosamente se da la circunstancia de que los independientes de Porto Cristo, sonaban para ser los próximos en entrar a formar parte del gobierno local. Pese a ello y después de la tradicional foto de familia en la escalinata, Gomila, molestó, volvió a hacer gestos de desaprobación a la gente que silbó su salida del edificio consistorial

"Lealtad al rey, no"

En el momento de jurar sus cargos sobre la Constitución, los ediles emplearon distintas fórmulas para definirse: si los socialistas y los representantes del PI y AIPC-SyS ´prometieron´, los del PP optaron por ´jurar´. Los representantes del futuro equipo de gobierno utilizaron la entradilla "por imperativo legal", que alguno de ellos completó con "y sin renunciar al derecho de autodeterminación..." Aunque la sentencia más curiosa antes de la imposición de su medalla, fue la del rockero y periodista Carles Grimalt, que se aventuró a recalcar: "Por imperativo legal prometo... lealtad al rey no".