La resolución de las desavenencias internas del grupo popular de Manacor a la hora de decantarse por un pacto con el PI e AIPC o pasar cuatro años en la oposición será la clave para poder desencallar unas negociaciones hasta ahora muy complicadas para la configuración del futuro Ayuntamiento.

En estos momentos hay dos sectores enfrentados dentro del Partido Popular, cada uno con sus intereses propios. El primero engloba a aquellos afiliados que piensan en clave empresarial y que sostienen que lo mejor sería pactar con los porteños de AIPC-SYS y con la Proposta per les Illes de Catalina Riera. Un acuerdo que daría continuidad al trabajo urbanístico llevado a cabo hasta ahora y que permitiría un mayor control sobre el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). El otro sector conservador, el ideológico, no quiere ni oír hablar de un pacto con antiguos miembros expulsados del PP a los que consideran traidores y con AIPC, con los que están resentidos por haber dado su apoyo a Antoni Pastor en contra de los populares.

Anteayer, la asamblea que debía celebrarse por la tarde en la sede que el PP local tiene en la Vía Portugal de Manacor, fue finalmente suspendida a última hora al considerar la dirección que no había ningún tema que tratar, en una señal más de las desavenencias y las complicaciones para aunar criterios de acuerdo.

Reunión a cuatro

Lo que sí se llevó a cabo ayer en la sede de Proposta per les Illes, fue una reunión a cuatro entre representantes del propio PI, Més-Esquerra, PSIB-PSOE y AIPC-SYS, con la intención de poner sobre la mesa sus intereses en común, por primera desde las elecciones municipales.

Tanto unos como otros destacaron el carácter informativo y de acercamiento del encuentro, con lo que no será hasta la semana que viene cuando finalmente se decida si Manacor romperá con dieciséis años de gobierno de la derecha, o por el contrario si el PP entra de nuevo en el tablero local.