La intención es que arraigue como tradición para unir durante un día a los jóvenes del pueblo celebrando desde la mañana una jornada de compañerismo. Se reunieron junto al monumento de Sa Lleona, en el Puig d'es Canons, para iniciar el día con una merienda donde cada cual portaba sus viandas y bebidas. Desde allí, los jóvenes se dirigieron a núcleo del pueblo de s'Horta, donde la fiesta continuó durante todo el día por calles y bares, logrando un acto lúdico diferente a los celebrados hasta el momento, sin programación establecida y donde la diversión era el único fin.