La percusión es con total seguridad el origen de la música, aseguró ayer Pau Mir, maestro ebanista y fabricante de instrumentos. Y en los primeros instrumentos de percusión de cierto interés concebidos por el hombre encontramos dos elementos primordiales, el cuero de los animales que caza y la madera de los árboles.

Pau Mir ofreció ayer un interesante taller acerca de la importancia del cuero en la música. Organizó el evento el Museu del Calçat de Inca. Le acompañó Pep Rotger, maestro zapatero y de artículos de piel.

Mir mostró uno de los instrumentos más rudimentarios y posiblemente más antiguos en su concepción: un tambor. Un instrumento elaborado con un cilindro de madera, hueco y con un parche de piel cerrándolo. El maestro mostró como la piel influye mucho en la afinación del instrumento y como, dependiendo de si se le dejaba parte del pelo del animal, todo, o zonas afeitadas, se conseguían tonos más oscuros o más claros.

Los niños disfrutaron especialmente al poder manipular los instrumentos que el maestro iba mostrando.

Sin duda el que despertó más curiosidad fue el tambor de colla, el típico tambor que lleva colgado el flobioler y que usa para acompañarse. De él dijo que los más típicos son de madera de llampuguer, una variedad del conocido cirerer de pastor.