El proceso de reforma del Teatre Principal de Inca, la obra más importante de la actual legislatura en la ciudad del Raiguer, lleva camino de encallarse por el desacuerdo existente entre la Fundació del teatro, el ente político que gestiona todo lo relacionado con el equipamiento cultural, y la UTE adjudicataria de la reforma, integrada por las empresas Dragados S. A. y Coexa.

En el escrito de alegaciones remitido por la constructora a la Fundació, al que ha tenido acceso este diario, la UTE expresa su disconformidad con la práctica totalidad del proyecto modificado elaborado por la fundación y exige un mayor presupuesto y hasta doce meses más de plazo para finalizar los trabajos desde el momento de la firma del citado proyecto modificado, que todavía está en fase de alegaciones y está lejos de ser un documento de consenso entre ambas partes.

Concretamente, la UTE asegura que "no resulta viable ejecutar las obras que han de resultar incluidas en el proyecto de modificado dentro del plazo contractualmente previsto". Según las dos empresas constructoras, la finalización de las obras implica de forma "imprescindible" el reconocimiento de un incremento de plazo necesario, por lo que reclama doce meses más desde la firma del nuevo contrato modificado. "En otro caso", avisa, "no se puede terminar la obra dentro del plazo previsto".

La UTE atribuye esta petición de aumento de plazo al volumen de obras afectadas por el proyecto modificado, la "lentitud" con la que se ha procedido por parte de la dirección facultativa a tramitar el citado proyecto y la "negativa" de la Fundació a "suspender la obra de forma total o ni siquiera temporal respecto de aquellas unidades del proyecto primitivo, cuya ejecución se encuentra condicionada a la aprobación técnica y económica de aquél".

Peligran los fondos Feder

La petición de la UTE para ampliar el plazo de finalización de las obras es especialmente preocupante teniendo en cuenta que el proyecto debería estar finalizado antes del próximo 30 de junio para optar a los fondos europeos Feder que financian el cincuenta por ciento del presupuesto, unos 1,4 millones de euros.

Si la fundación del teatro acepta las condiciones de la adjudicataria, sería prácticamente imposible finalizar la reforma antes de la fecha indicada, por lo que la mitad de los fondos para costear la obra se perderían. El proyecto ya arrastra un retraso importante, ya que hasta el momento se calcula que la UTE únicamente ha ejecutado alrededor de un diez por ciento de la obra de reforma.

El otro gran campo de batalla está en el coste de la reforma, sobre el que tampoco se ponen de acuerdo la Fundació y la UTE constructora. En el escrito de alegaciones presentado por la adjudicataria se enumeran una serie de trabajos "necesarios para la ejecución de las obras proyectadas" que, según la UTE, no han sido incluidos en el proyecto modificado y que amplían el coste previsto inicialmente. Así, de los 28 precios calculados por la Fundació en el proyecto, la adjudicataria manifesta su disconformidad en 25 debido a que "son inferiores a los precios de mercado o no consideran los rendimientos reales de una obra de estas características".

En principio, la Fundació del teatro habría admitido que las modificaciones previstas en el proyecto supondrán un sobrecoste de unos 300.000 euros sobre el presupuesto inicial, aunque esta cantidad es totalmente insuficiente para la UTE.

A la espera de conocer la cantidad exacta que la adjudicataria reclama para concluir las obras, desde la oposición municipal se teme que el sobrecoste sea millonario. En este sentido, el PSOE asegura que la empresa constratista reclama 4,3 millones de euros que ascenderían a 5,1 millones si no se aplica la rebaja ofertada por la propia empresa cuando optó al concurso público. Según los socialistas, la cantidad es un 53 por ciento más elevada que la cantidad inicial pactada en el contrato, que ascendía a 2,86 millones de euros.

El portavoz del PSOE, Xavier Ramis, cree que la constructora "intenta recuperar las rebajas realizadas para ganar el concurso", mientras que acusa al alcalde Rafel Torres (PP) de "estar más preocupado en las próximas elecciones".