la habilitación de un largo emisario submarino en la playa de Son Bauló para verter las aguas depuradas en la bahía de Alcúdia es uno de los puntos más polémicos del proyecto de construcción del nuevo equipamiento en Can Picafort. Santa Margalida reiteró ayer que "supone un atentado contra el medio ambiente". Joan Monjo defendió una nueva alternativa para verter las aguas depuradas. A su entender, la depuradora de Muro debería depositar el líquido dentro de su propio municipio, mientras que Santa Margalida podría asumir la mitad del caudal para depositarlo en una serie de pozos de infiltración. De esta forma, "la calidad del agua depurada mejoraría de forma sustancial", según la versión del Consistorio 'margalidà'.
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