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Alcúdia

La tumba más curiosa de Alcúdia

Hace 90 años que en la bahía se produjo un accidente en el que estuvo involucrado un avión inglés y en el que falleció un piloto de combate Kenneth Cromar Tilman

Actualmente, el cementerio de Alcúdia se encuentra dividido en dos zonas, por una parte la que se conoce como cementerio civil o protestante y, por otra parte, el cementerio católico. Ambas áreas están separadas entre sí, de forma que el recinto de la necrópolis protestante se encuentra adherido a los muros que cierran el cementerio católico.

De hecho, la puerta de ese cementerio civil se encuentra normalmente cerrada, por lo que ni siquiera es posible entrar a ver de cerca las tumbas sin permiso. Allí, en ese pequeño recinto no reposan más de veinte cuerpos que, por razones religiosas, debían ser enterrados al margen de las almas católicas. Es decir, se trata de "almas impuras" que podrían contaminar el descanso de los fieles a la iglesia.

Una tumba

Sin embargo, entre las sepulturas destaca una de nombre extranjero, Kenneth Cromar Tilman, cuya muerte data del año 1924. Es más, dicha tumba se encontraba hasta hace poco tiempo coronada por lo que parecía ser un palo de madera con una placa en la que podía observarse el mismo nombre, y, además la información Flight Lieutenant (teniente aviador). De seguro no han sido pocos los curiosos que, al ver tan curiosa imagen, se han preguntado el porqué de ese palo junto a una tumba tan antigua. Ahora bien, para comprender el porqué de ese homenaje es necesario remontarse a la época de la I Guerra Mundial.

Existen constataciones de que desde inicios del siglo XX hubo una presencia notable de escuadras navales británicas en las bahías de Pollença y Alcúdia.

Prácticas

Dichas escuadras se dirigían a nuestras costas a fin de practicar operaciones navales y aéreas con el objetivo de mejorar sus estrategias militares. Ese fue el caso de la escuadra inglesa que llegó a Mallorca en la primavera de 1924, entre cuyas filas se encontraba el teniente Kenneth Cromar Tilman. Dicha escuadra realizaba sus ejercicios a bordo del portaviones HMS Argus. Así, en un vuelo de reconocimiento, una avioneta modelo Parnall Panther cayó al agua nada más despegar del portaviones a causa de un fallo humano.

Dentro del avión se encontraban dos militares, el aviador enterrado en Alcúdia, que hacía las funciones de acompañante, y el piloto de la nave. El hecho de que el avión cayera justo delante de la flota facilitó que las operaciones de rescate salvaran la vida del piloto, pero no de Cromar, que probablemente murió ahogado.

La dificultad que, en aquella época, suponía devolver el cuerpo a su país natal, además de otras circunstancias, generaron que el aviador fuera enterrado en Alcúdia, en la parte del cementerio destinada a las almas infieles a la iglesia. A modo de homenaje, se colocó en su tumba una parte de la hélice del Parnall Panther accidentado que se pudo recuperar del mar.

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