El fascismo nunca desaparece del todo y siempre está dispuesto a enseñar sus símbolos de nuevo a modo de amenaza contra la democracia. En Mallorca hay muchos nostálgicos de la dictadura, y en estos tiempos convulsos de crisis y procesos secesionistas se hacen notar más que nunca. Unos son más discretos, pero otros no se cortan ni un pelo a la hora de pregonar a los cuatro vientos sus simpatías por la extrema derecha y sus preferencias por un régimen totalitario que causó mucho dolor y retraso en este país desde 1936 hasta 1975. Y aún hoy se siguen sufriendo las consecuencias del franquismo.

Es el caso de un vecino de la calle Cabana de Marratxí, que ha colgado una bandera preconstitucional en el balcón de su casa para que a todo el mundo le quede claro que allí vive una persona de orden, suponemos que poco amante de las libertades. La enseña con el 'pollo' franquista ha causado la indignación de algunos de los vecinos, que se han dirigido a este diario para denunciar públicamente lo que consideran una "provocación". Un vecino en concreto reclama al ayuntamiento de Marratxí que regule este tipo de casos para prohibir la exhibición de símbolos fascistas. "Es intolerable que aún tengamos que denunciar estas cosas, pero no podemos dormirnos ante hechos como estos y la respuesta debería ser colectiva y contundente. No podemos permitir que esto se generalice", apunta el residente enfadado con la bandera fascista.

También llama la atención que algunos edificios públicos todavía conserven símbolos de la dictadura franquista sin que a nadie se le haya ocurrido borrarlos después de tantos años desde la muerte del tirano. En el almacén municipal de Sineu utilizado por la brigada todavía puede leerse algo muy parecido al clásico eslogan 'Una, grande y libre', a pesar de que algunas palabras aparecen borradas. Que lo eliminen de una vez.