Hay dos cosas que los inquenses tienen como inamovibles. Una es que el Dijous Bo no se suspende jamás, aunque diluvie, y así lo demostró con un par de atributos Pere Rotger cuando en noviembre de 2000 se negó a suspenderlo, pese a la insistencia del Govern por amenaza de tormenta, con una frase recordada: "Suspéndanlo ustedes si pueden, que el alcalde de Inca no lo hará". Y la otra es que sea la fiesta que sea, el mercado del Dijous se celebra cada jueves, excepto, y sólo con esa excepción, cuando cae en Navidad o Año Nuevo. Entonces el Dijous pasa al miércoles. Este año se da esa coincidencia y como es tradición, los inquenses faran dijous el dimecres. Será los días 24 y 31 de diciembre y, por supuesto, el 25 de diciembre y el 1 de enero no habrá mercado.

Mira que es pequeño un diente de ajo y sin embargo es uno de los condimentos más usados en la cocina. No creo que encontrásemos ningún cocinero o ama de casa que diga que en su despensa no tenga ajos. Bueno pues este año los ajos, al menos los mallorquines, se están pagando a precios desorbitados. Ayer, los payeses pedían en sa fireta del Dijous, nada menos que 6,40 euros por kilo. Y es que la meteorología ha sido adversa, como explica Pep Tevet, payés de Montuïri: "Este año ha hecho calor hasta hace quince días y los ajos se nos secaban en las cabezas. Yo no tengo ni una completamente sana".

Aún no hace mucho frío, pero en el mercado ya empieza la verdura invernal. En el puesto del Dijous de Cati Alzamora, de Muro, ayer se vendían ya unas buenas coles mallorquinas.