El proyecto de variante de Algaida ha avanzado un paso en dirección a su materialización. El pleno de la comisión balear de Medio Ambiente no le ha encontrado pegas al plan y ha informado favorablemente, con algunas prescripciones referentes, por ejemplo, a las precauciones con los vertidos de sustancias contaminantes. El Consell de Mallorca confía en que, el año que viene, se puedan llevar a cabo las obras, según informaron ayer fuentes de la institución insular.

La variante, que une el desdoblamiento de la carretera Ma-15 con la carretera que enlaza Llucmajor y Algaida, tiene como objetivo aligerar el tráfico por el interior del casco urbano y evitar así la congestión circulatoria que se produce en determinados momentos del día.

El nuevo vial, con un presupuesto que se ha reducido a 3,9 millones de euros, tiene una longitud total de 1,6 kilómetros, con 20 metros de ancho. Además de dos carriles de 3,25 metros de ancho cada uno, la variante contará con un paseo para peatones (de 2,5 metros de ancho) y un carril para bicicletas (también de 2,5 de anchura).

En su informe, el pleno de la comisión balear de Medio Ambiente constata que, en el proyecto, se han adoptado medidas con el fin de salvaguardar una zona con tres cuevas. El acuerdo del pleno establece varios condicionantes que deberán seguirse durante la obra. Así, uno de ellos hace referencia a que, durante los trabajos de construcción, se adopten las "máximas precauciones" para evitar vertidos de sustancias contaminantes, como aceites o hidrocarburos diversos. Otra prescripción viene definida por por un informe del departamento de Cultura y Patrimonio del Consell de Mallorca, que fija que debe estudiarse la conservación de un muro lateral del Camí de s'Estació y que, en caso de no que no sea posible, tendría que reconstruirse siguiendo las técnicas tradicionales en la ubicación donde sea técnicamente viable.