Los arcos de cañas y flores que se colocaron en las calles Estrella y Pau, de Inca, durante la víspera del Dijous Bo y la feria fueron retirados ayer por la tarde por los voluntarios que los habían colocado. Sin embargo, con la calle limpia y despejada se veían mucho más que el día de la feria. Eso hizo que algunos visitantes se sintieran atraídos y los curiosos no dudaban en fotografiarse ante esos coloridos puentes provisionales. Lo bueno es que la curiosidad les seguía atrayendo y se adentraban en la calle para ver el motivo por el que estaba decorada. ¡Ah!, los comerciantes encantados. No sé, quizás es una idea para que el Ayuntamiento se plantee una campaña como la que hizo el de Barcelona hace años, aquella de Posa't guapa. Quizás incentivando que los balcones se adornen con plantas y flores ¿Y un concurso con premio a la mejor ventana o mejor balcón? Vienen las fiestas de Navidad.

Ayer se vivía una auténtica resaca de fiesta en la redes sociales con opiniones para todos los gustos. Una de ellas se centraba sobre la polémica utilización del término Dimecres Bo. Con grandes muestras de humor había quien felicitaba a los inquenses por el Divendres Bo. Cabe aclarar que los tradicionalistas abominan de ese término porque sostienen que sólo el Dijous Bo tiene entidad propia y el resto es la semana grande. Los más modernos quieren acuñar un nuevo término ligado a la marcha.

Aunque Inca es una ciudad de interior, no renuncia a su afición marinera, ni los pescadores se olvidan de ella en su día grande. La Federación de Cofradías de Balears estuvo presente en el Dijous Bo. Repartió dentón cocinado a la mallorquina, con sus verduritas y al horno. Sirvió más de 70 raciones dejando sólo (como se ve en la fotografía) las raspas. El dinero recaudado se entregó al comedor social.

Daniel, artesano zapatero, y su esposa, no se apercibieron de que el objetivo les enfocaba y así de espontáneos (como se ve en la foto) descansaban el jueves pasado junto a su puesto de venta de calzado. Lo cierto es que la estampa evoca tiempos pasados (a no ser por las gafas de sol) en los que la vestimenta era un sello de identidad. Así lucían ambos a l'ample, que vestirse con el traje propio no es disfrazarse sino engalanarse y fer poble. En Japón, que es un país lleno de tradiciones, se ponen el kimono en las grandes ocasiones porque se considera de mucha elegancia.

Si se puede afirmar que hay un tiempo de ferias, este es sin duda el mes de noviembre. Este fin de semana son las de la Oliva, en Caimari, y de la Miel, en Llubí. Pero aún quedan Bunyola, sa Pobla y Mancor para los siguientes.