Pep Nicolau es un empresario inquense que ha trabajado muchos años en el sector de la restauración. Preside la asociación de comerciantes y piensa que el Dijous Bo precisa evolucionar. Crear espacios lúdicos y comerciales usando la imaginación.

„¿Está contento con el Dijous Bo de la actualidad?

„Estamos empezando ha hacer cosas diferentes. Estamos reactivando el Dijous Bo. No deja de ser la feria de ferias. Pero es necesario innovar, ofrecer novedades al gran público. ¿Qué aliciente tendría si no?

La muestra del jamón ibérico de este año es un ejemplo. El Ayuntamiento la ha bautizado como la primera feria del jamón. Otra feria más en la feria de ferias; es importante que cada año haya cositas así. Cuestan poco y atraen gente.

„¿Necesita tantos cambios el Dijous Bo?

„Durante muchos años se ha dejado llevar por la inercia de la fama. Pero eso es empezar a decaer, el Dijous Bo necesita innovar. Recibimos daños colaterales en forma de otras ferias tradicionales. Ferias que se visten de pretendida tradición cuando no tienen más que unos años; inventos modernos que pretenden ocupar el espacio y están robando protagonismo. Ante esta actuación de los copiones sólo cabe la innovación; sorprender con lo que los demás no tienen. Se hacen demasiadas ferias donde se ve lo mismo. Nosotros tenemos que aprovechar que todo el mundo quiere venir al Dijous Bo para empezar a seleccionar aquella empresa, aquel puesto, aquel comerciante que quiere exponer lo nuevo, lo que los demás no tienen.

„¿Aires nuevos?

„Por supuesto. Todos los pueblos recurren a la tradición; que si la sobrassada, que si los dulces, que si aceitunas; yo propongo que miremos lo nuevo, las nuevas tecnologías, lo que sorprenda. No digo que nuestros artesanos y payeses dejen de tener su espacio, pero sí que se dé importancia a lo nuevo. Una feria es mostrar lo nuevo para que la gente compre; para que la gente quiera venir.

„¿Y cómo hacerlo?

„Pues dejarnos de tanta exposición y darle un contenido más visual. Estamos en la era de las nuevas tecnologías; apostemos por ello. Se debería constituir una mesa específica para debatir la organización del Dijous Bo y que tengan voz y voto los jóvenes.

„¿Dimecres Bo?

„Sin duda alguna. ¿Y por qué no llamarlo así? Es un término que nace de la juventud, del pueblo. ¿Quién para al pueblo? Hace muchos años que la juventud acuñó ese término ¿Qué tiene de malo? Y en cuanto a la fiesta yo opino que se debe seguir haciendo, no hay porque abolirla, pero controlando mucho el botellón y sobre todo la limpieza.

*Restaurador y presidente de los comerciantes