La segunda de las ferias de Inca, la del motor y el deporte, se vivió ayer con gran resurgimiento, pues desde hace años se decía que era la más floja de las tres ferias previas al Dijous Bo. La afluencia de visitantes y la exposición montada fueron realmente brillantes.

La avenida de Colón estaba repleta de coches nuevos, de ocasión, tuneados, ciclomotores, coches clásicos y motocicletas. Junto a ellos estaban las casas comerciales de repuestos y complementos. Toda esta exposición atrajo a un número respetable de aficionados. Se vio a muchos motoristas ataviados, con sus típicas ´chupas´ de cuero y casco en el antebrazo, paseándose bajo un sol verdaderamente abrasador.

La plaza Libertad estaba montada para la fiesta. Allí se ofrecían demostraciones y tablas de bailes modernos.

La calle del Bisbe Llompart, que conduce ya hacia el centro estaba tomada por los Seat 600. Precisamente al final de esta calle se encontraba en lugar muy destacado, precintado y bien acordonado, el primer 600 que se matriculó en España. Fue realmente un centro de atención para los visitantes a la feria.

Paralela a este calle, en la Avenida del General Luque se ofrecían demostraciones de trial.

Las calles Corró, Pau Estrella y Miquel Duran acogieron el proyecto denominado Barri dels artesans. Allí se pudieron ver diferentes paradas de gremios distintos y demostraciones en directo de trabajo artesanal. Cabe destacar la expectación que tuvieron las paradas de Joan Campins, cuchillero, y de Lluís Sànchis, tornero.

Decoración

Los artesanos se agruparon en gremios y adornaron sus calles con vistosos arcos de flores de papel.

La plaza de España acogió a un tren en miniatura que hizo las delicias de los más pequeños.

Finalmente la plaza Mallorca acogió la II feria de la caza. Allí se vieron carpas de artes y entidades relacionadas con este deporte.

También los más mayores tuvieron su protagonismo en la feria. A las 12 se tributó un homenaje en la iglesia de Santa Maria la Major al matrimonio más mayor: Jose Mayans y Magdalena Garau, que llevan 65 años casados.

Lo mejor

La colaboración

El esfuerzo de un buen número de asociaciones y clubes por montar una feria en la que se notó el esfuerzo de muchos participantes por mejorar la propuesta. Lograron que una feria que tradicionalmente se dice que es la más floja de las tres tuviera un gran éxito de participación de público y expositores.

Lo peor

Los que no saben divertirse

Durante la noche del sábado al domingo algunos gamberros se dedicaron a estropear parte del trabajo de embellecimiento que habían llevado a cabo grupos de voluntarios durante el sábado. Sacaron la tierra de los tiestos de la calle Corró y la esparcieron y rompieron las flores de papel de algunos arcos.