La polémica actual sobre las fumigaciones aéreas con Dimilin sobre los bosques de Mallorca para combatir la oruga procesionaria del pino, impulsadas por la conselleria de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio del Govern balear, reveló ayer, durante el pleno del ayuntamiento de Santanyí, la inquietud y las críticas ciudadanas existentes. Jaume Amengual, regidor de Esquerra, en la oposición, informó de que en la misma mañana en que se celebraba el pleno, la fumigación con avioneta sorprendió a vecinos de Consolació, los cuales afirmaban no haber recibido ningún aviso previo a esta discutida actuación.

Diario de Mallorca consultó, tras la sesión ordinaria, a varios de los vecinos afectados en la zona de Consolació (muy cerca del pueblo de s´Alqueria Blanca).

Benji Fischer expresó su indignación por las fumigaciones aéreas no solo realizadas este miércoles, "sino que también el pasado sábado". Diversos vídeos grabados por residentes muestran la avioneta y las fumigaciones.

Fischer denunció que estas fumigaciones son "irrespetuosas" con los ciudadanos y el medio. Advirtió de los vuelos de la avioneta "tan cerca de las casas" y los posibles "riesgos" para la salud, como en casos en los que se sufre alergia.

En esta línea, Ursula Peer, otra residente en la zona de Consolació, consideró: "La población debería estar avisada de cuándo se procederá a estas fumigaciones. Una vez que se lanza este insecticida es casi imposible que las personas tengan tiempo de protegerse, y más indefensos aún, los animales. Huertos ecológicos y otras múltiples fincas que también evitan este tipo de productos nocivos están a su vez perdidos. He consultado datos y sé que el producto que se emplea es letal para cualquier ser marino, por lo que el agua, pozos y acuíferos, también podrían contaminarse. Y por lo que tengo entendido, puede ser cancerígeno. Yo vi la avioneta, el sábado, lunes y hoy [por miércoles], y me resultó imposible esquivar el impacto de la fumigación aérea. El sabor no se te quita de la boca y, de hecho, tengo cierto dolor de cabeza y molestias en la garganta".

Por la tarde, Amengual lamentó que "ningún miembro del equipo de gobierno municipal [del PP] tuviera constancia de cuándo se producirían estas fumigaciones de los pinares y que no se haya avisado con antelación a las personas que podían padecer las consecuencias, resulta vergonzoso". En su moción, tumbada por los conservadores, proponía el uso de "recursos alternativos", respetuosos con el entorno y las personas, sustituyendo el control químico por el "biológico", e instar al Consell de Mallorca y Govern a tener en cuenta al consistorio santanyiner.

El alcalde, Llorenç Galmés (PP), defendió la actuación del Govern, destacó la importancia de combatir con eficacia la procesionaria, aludiendo al peligro que corren los niños en parques y zonas verdes (se cuenta a menudo con cazadores), y apuntó que, tal y como han reflejado noticias en distintos medios de comunicación, un informe de la Universitat así como Europa "avalan" estas acciones. Añadió que en 2010, el entonces conseller Gabriel Vicens (PSM) también dio el visto bueno al tratamiento en unas hectáreas de pinar.

Privatización de puertos

Otro debate actual controvertido, este acerca de la posible privatización de puertos, también tuvo su protagonismo en Santanyí. El edil de Esquerra manifestó el rechazo "a cualquier privatización de los puertos de Cala Figuera y de la zona de Portopetro". Declaró: "No nos fíamos de la suspensión del proceso de privatización anunciada por el Govern. Los efectos de una privatización serían un aumento del precio de los amarres".

El PP también tumbó esta moción, y Amengual sostuvo: "El PP ha dejado la puerta abierta a una futura privatización, esperemos que los propietarios de pequeñas embarcaciones tomen nota".

Galmés contestó que "el Govern en ningún momento ha dicho que privatizará estos puertos". Cuestionó que se haga ahora "alarma social" y subrayó que "el ayuntamiento de Santanyí se opone a cualquier empeoramiento, puedan ser incrementos de tarifas, etc". También criticó que en la pasada legislatura del Govern del Pacte de Progrés, se pretendiese una impactante "transformación" de Cala Figuera con farolas inadecuadas y unas teóricas mejoras de escars que hubiesen perjudicado "el encanto tradicional pesquero". Varios vecinos pusieron el grito en el cielo contra este plan, según dijo.