El escándalo que esta semana ha salpicado a la Policía Local de Calvià con el ingreso fulminante en prisión de su jefe José Antonio Navarro y otros dos agentes más por su presunta participación en una red de extorsión a empresarios de la calle Punta Ballena reúne ingredientes suficientes como para dejar corto al guión cinematográfico más enrevesado. Sexo, drogas, grabaciones con cámaras ocultas y prácticas mafiosas se combinan en un cóctel explosivo al que todavía le faltan capítulos por conocer. La investigación judicial sigue en marcha y todo indica que la bola de nieve irá creciendo hasta alcanzar a peces más gordos. Y es que los responsables políticos empiezan a estar en el punto de mira.

Un vídeo de contenido sexual que abre la caja de los truenos

A principios de julio estalló el escándalo en Magaluf. La difusión en las redes sociales de un vídeo que mostraba a una joven turista practicando una felación colectiva a numerosos chicos durante el transcurso de una de las habituales excusiones etílicas que se organizan en la calle Punta Ballena de Magaluf amplificó como nunca antes había pasado los excesos etílicos y sexuales propios de esta zona turística de la isla, calificada por el president Bauzá como "los 500 metros de la vergüenza".

Las reacciones de repulsa desde todos los sectores no se hicieron esperar y el ayuntamiento de Calvià, presionado, inició la caza de brujas con inspecciones, multas millonarias y decretos de cierre de locales y empresas organizadoras de ´pub crawling´. El malestar generado por la represión municipal precipita los acontecimientos y destapa una guerra oculta entre empresarios de la noche y la Policía Local.

La anécdota se convierte en detonante del escándalo

Lo que en un principio parecía una simple anécdota desagradable que ofrecía pistas sobre el descontrol que reinaba en Punta Ballena se ha convertido en el detonante del posterior escándalo que afectaría de lleno a la cúpula policial del municipio, según se desprende de las investigaciones.

El vídeo sexual ha dañado la imagen de Magaluf (y de Mallorca) de forma irreparable, pero también ha abierto un camino que hasta la fecha permanecía oculto y que conduce a un submundo de presunta corrupción latente desde hace tiempo en la famosa calle de las juergas. ¿Se habría llegado hasta el fondo del asunto si la grabación de las felaciones no se hubiera difundido? Tal vez ha supuesto la gota que ha colmado un vaso que de todas formas iba a desbordarse, ya que la investigación judicial abierta a raíz de las irregularidades detectadas en la Policía Local de Palma, referentes a supuestos amaños en las oposiciones y presuntos casos de extorsión, arrojaron datos sobre la supuesta trama corrupta que operaría en Calvià.

Una reunión entre empresarios y policías precipita los hechos

En un contexto de malestar y crispación tras el escándalo del vídeo sexual y el posterior celo municipal en poner fin a los desfases, a finales de julio se produjo una reunión en Calvià entre empresarios de Punta Ballena y mandos policiales, con José Antonio Navarro a la cabeza.

Durante este encuentro, los dueños de locales habrían informado de la existencia de un comprometido vídeo grabado el pasado año en el que se observaría a agentes de la Policía Local de Calvià introduciendo un paquete, presumiblemente con cocaína, en el interior de un local de ocio para posteriormente requisarlo con la ayuda de un perro. Según los empresarios que lo grabaron, se trata de un documento que probaría la presunta red de extorsión policial para beneficiar a determinadas empresas en detrimento de otras.

¿Vídeo real para chantajear o simulacro para ejercitar al perro?

El jefe policial de Calvià se negó a visionar el vídeo y acusó a los autores de la grabación de chantajearle. Según la versión aportada por su abogado, si la Policía Local paraba las inspecciones y las multas a locales, el vídeo sería silenciado. Navarro habría amenazado a los empresarios con denunciarles por calumnias si difundían la grabación.

La defensa del jefe policial asegura que la escena recogida por el vídeo es un simple simulacro para entrenar al perro. En cualquier caso, llama la atención que el jefe policial no quiera ver un documento en el que participan agentes bajo sus órdenes, ya sea cometiendo una ilegalidad o realizando un simple ejercicio.

Prisión fulminante para el jefe policial y otros dos agentes

El lunes saltaba la sorpresa. El jefe de la Policía Local, el responsable de la unidad canina y otro agente ingresaban en prisión preventiva por orden de la juez del juzgado de instrucción número doce de Palma después de que empresarios de la noche de Magaluf aportasen documentación a la Fiscalía. Al parecer, el vídeo de la presunta extorsión fue determinante en la fulminante decisión judicial. La juez les imputa cinco presuntos delitos: extorsión, contra la salud pública, coacciones, omisión del deber de denunciar y amenazas.

A lo largo de la semana se han conocido escabrosos detalles de la presunta trama, que podría actuar con redes de narcotraficantes e incluso cobrar sobornos a través de empresas de seguridad.

Muchos interrogantes siguen abiertos: ¿conocía Navarro la presunta trama y no hizo nada por atarjarla, participaba activamente en ella o no sabía nada?. ¿Puede salpicar la trama a policías locales de otros municipios?. ¿Hasta qué punto estaban enterados los políticos de Calvià?