Una de las últimas posibilidades de conseguir fondos económicos que palien la grave situación financiera del santuario de Lluc está en Madrid. La congregación de Missioners dels Sagrats Cors ha fijado su mirada hacia el gobierno central con la esperanza de que llegue alguna ayuda para pagar los destrozos provocados por el ´cap de fibló´ de septiembre de 2012, ya que ni el Consell de Mallorca ni el Govern han prestado ninguna colaboración económica. Eso sí, el vicepresidente del ejecutivo y ex alcalde de Escorca, Antoni Gómez, se ha comprometido a acompañar a la congregación hasta la capital para llamar a la puerta de la administración y tratar de implorar alguna subvención. El prior Antoni Vallespir confirma que, después de la Diada del próximo día 14, se "pondrá manos a la obra" para explorar esta posibilidad.

Sin embargo, la congregación religiosa sabe por experiencia que no será fácil y mantiene pocas esperanzas de éxito. En este sentido, el administrador del santuario, Ricard Janer, recuerda una anécdota que explica muy bien la consideración que Madrid tiene hacia las islas cuando se trata de soltar dinero. Eran los años 80 y una gran nevada provocó serios problemas de movilidad en el entorno del santuario, con niveles de nieve de más de un metro en el centro del complejo religioso. Entonces, la congregación solicitó dinero para comprar una máquina quitanieves. La respuesta de la capital dejó a todos sin habla: "En Mallorca no toca nevar". No se habló más del asunto. "Madrid ni nos entiende ni nos quiere entender", sostiene el prior Vallespir, que prepara un discurso reivindicativo para la próxima Diada.