Los hoteleros isleños consideran que la idea de que haya un censo de turistas gamberros puede ser de utilidad, especialmente para aquellos establecimientos ubicados en zonas donde predominan los turistas jóvenes y con una potente oferta de ocio nocturno. Con todo, desde el sector, se observa con reservas la adecuación del registro a las leyes de protección de datos personales.

Como informó ayer este diario, una treintena de hoteles y casas rurales de Balears se ha registrado ya en una comunidad on line a nivel nacional, de nombre elitebook, que sirve para valorar a los clientes en función de su comportamiento de forma parecida a lo que hacen páginas web como TripAdvisor o Booking.

Los alojamientos asociados a esa plataforma pueden aprovechar luego esa información -donde se etiqueta al visitante con una cara de color verde o rojo en función de su buen o mal comportamiento- para restringir las reservas de determinados clientes problemáticos.

Desde una de las zonas que más se distingue por recibir turistas jóvenes con ganas de fiesta, la de Palmanova-Magaluf, el vicepresidente de la asociación hotelera, Joan Espina, señaló ayer que puede ser una "medida beneficiosa" siempre que se adecue a la ley de protección de datos. Espina recordó que los establecimientos asociados de la zona ya comparten información entre ellos sobre turistas expulsados por su mal comportamiento. Sólo el año pasado, 219 clientes fueron expulsados de hoteles de Palmanova y Magaluf por actitudes incívicas.

Turismo familiar

En otras zonas que reciben un tipo de turismo familiar y sénior, este tipo de registros no se considera tan necesario. "Nosotros tenemos un tipo de cliente que sabemos que no nos va a dar problemas", declaró la directora general de Palmira Hotels de Peguera, Yolanda Carrasco.

"Para zonas concretas, más problemáticas, donde hay un tipo de turismo joven, de borrachera, sí que puede ser útil", agregó. Carrasco refirió que, actualmente, al registrar al cliente ya tienen la obligación legal de remitir la información a la Guardia Civil. "La idea puede ser buena, aunque veo complicado definir la frontera del incivismo. Porque, si un día llego borracho al hotel y hablo un poco alto, ¿ya es suficiente para que me pongan en la lista de incívicos?", argumenta el presidente de la asociación hotelera de Cales de Capdepera, Lluís Rocha, quien considera que combatir el incivismo requiere cambios de base en el tipo de oferta complementario que se da en determinadas zonas.

Mientras, el presidente de la Asociación Agroturismo Balear, Miquel Artigues, apuntó que en su sector no sufren problemas por el comportamiento de clientes con actitudes de hooligan.

"El tipo de cliente de agroturismos lo que busca es tranquilidad, nada problemático", manifestó Artigues, quien detalló que los turistas que optan por este tipo de alojamientos suelen ser de nacionalidad británica o alemana, aunque también ha habido un repunte de nórdicos.