El pueblo de Biniamar, de apenas 300 habitantes, celebró ayer por la mañana la festividad del Corpus con toda solemnidad. En el oficio tres niñas y un niño celebraron su primera comunión. En el transcurso de la misa, el párroco, Francesc Carmona, bendijo un nuevo sagrario realizado por el vecino Guillermo Capó. Dicho sagrario ha sido labrado en piedra de granito de una sola pieza. El acto religioso concluyó con un refrigerio servido en la plazoleta de la iglesia.