La fiesta del Birracrucis, que llevaba dos años celebrándose durante las fiestas patronales de Inca se traslada de fecha y de lugar este año a causa de las quejas de algunos grupos de personas y de representantes de la Iglesia Católica. El alcalde de Inca, Rafel Torres, reclamó a los promotores del evento que para llevarlo a cabo debían sustituir el nombre por otro "que no tuviera connotaciones religiosas y no pudiera herir la sensibilidad de algunas personas".

El promotor del Birracrucis aseguró ayer que, ante esta situación, "se ha optado por no cambiar el nombre, ya que está registrado y tiene una larga trayectoria". Explica que estuvo hablando con el concejal de fiestas, José Pastor: "Nos dijo que el alcalde había recibido muchas presiones y que no quería tener enfrentamientos. Proponía cambiar el nombre por el de maratón de la birra o no dejaba que se celebrase".

Como el Ayuntamiento de Inca no aceptaba autorizar este evento en dichas circunstancias, se ha decidido trasladarlo a Pollença. Se celebrará el 30 de agosto.

Recorrido

La fiesta en sí consiste en un recorrido organizado y concertado con algunos establecimientos de bebidas alcohólicas. Los participantes cubren el trayecto durante toda la mañana bebiendo cerveza en cada uno de los bares establecidos.

El tipo de evento, un recorrido con paradas para beber, y el nombre de Birracrucis, que se parece mucho al de la tradicional procesión católica del Via Crucis, han despertado algunos recelos entre la comunidad católica.

Santiago Cortés, sacerdote de Inca, lamentó el año pasado que se utilizara ese nombre para una exaltación alcohólica. Incluso hizo referencia a ello durante el sermón del oficio religioso solemne que se celebró el día de la festividad de los patrones de la ciudad, Sant Abdó y Sant Senén.

El presbítero declaró entonces que el nombre tenía connotaciones peyorativas claras hacia la iglesia católica y que significaba una "burla".

Otras opiniones

Al margen de la polémica suscitada por el nombre, también se han producido algunas quejas por parte de grupos políticos como Més per Inca. Andreu Caballero, edil de dicha formación sostuvo entonces que "una administración pública, que asegura que trabaja informando y recomendando un consumo responsable de alcohol, no puede patrocinar un evento en el que el aliciente es consumir cantidades masivas de alcohol".

El Ayuntamiento suprimió hace unos años el reparto de cerveza y ´pomada´ durante la fiesta de sa Pota del Rei a causa de las críticas. Desde entonces sólo reparte refrescos.

Por su parte, el alcalde de Pollença, Tomeu Cifre, afirma que "se ha autorizado el Birracrucis para celebrarlo en es Carritxó". Es el lugar donde se celebra, el dos de agosto, la batalla de los moros y cristianos. Cifre aseguró ayer que piensa que "se trata de una concentración donde los bares montan barras. Por lo que sé, han cambiado de municipio porque en Inca coincidía con las fiestas y había demasiados actos".