Ports de les Illes ha instalado un tren de fondeo para quince embarcaciones de quince metros de eslora, en la dársena exterior del puerto de Cala Rajada, con una inversión de 20.765 euros. La estructura se destinará a embarcaciones en tránsito y en época exclusivamente estival. Dos de los amarres estarán reservados para embarque y desembarque de pasajeros o para emergencias.

Con esta obra Ports mejora las instalaciones del puerto, donde hasta ahora las embarcaciones recreativas debían de estar abarloadas unas a otras, ya que el dique era utilizado por la naviera que realizaba el tráfico de pasajeros con Ciutadella. Cancelado dicho servicio, el Govern ha dotado de tren de fondeo este espacio para obtener un mayor número de amarres, "ofreciendo mayor seguridad y comodidad para las tripulaciones".

Los trabajos han consistido en la fabricación, transporte, botadura, remolque y colocación en el punto de fondeo, de seis muertos, que junto con la botadura, semitensionado y anclaje a muerto de la cadena madre, conforman propiamente el nuevo tren previsto.

Más poder de decisión

Por otro lado, usuarios de los puertos de Cala Bona y Colònia de Sant Jordi, la Asociación de Usuarios y Amarradores del puerto de Pollença, representantes de la Asociación de Navegantes del Mediterráneo, de la Real Asamblea Española de Capitanes de Yate y la Asociación Mallorquina de Pesca Recreativa Responsable, se reunieron ayer para hablar de la posible privatización de los amarres dependientes de Ports de les Illes. Criticaron que no se haya tenido en cuenta su opinión y reclamaron una mayor información sobre la gestión del Govern, tanto en el mantenimiento como en las mejoras y la gestión económica de los puertos afectados.

Consideran fundamental promover la creación de asociaciones de usuarios de amarradores en todos los puertos, y solicitarán una representación en el consejo de administración de Ports. Todos los reunidos también expresaron su confianza en que la congelación de la privatización pueda aprobarse el próximo 30 de junio.