­"Tenía en casa a 11 personas para comer en la terraza. Pero se tuvieron que ir enseguida. No podían aguantar más la música que venía del ´party boat". Una vecina de Torrenova (entre Palmanova y Magaluf, en el municipio de Calvià) contaba el verano pasado esta anécdota como ejemplo de las molestias que sufren las personas que viven en primera línea de costa, a causa de los party boats.

"En casa, tenemos que subir el volumen de lo que estemos escuchando o, sencillamente, cerrar la ventana. Y, lo que es peor, a veces parece que les animen a gritar", señalaba otro residente en esa misma zona. "Y, así, cada día, de lunes a domingo", agregaba.

El malestar se ha materializado en acciones legales, bien vía requerimientos notariales a los promotores de este tipo de excursiones o bien a través de denuncias ante el Ayuntamiento correspondiente, Capitanía Marítima y Govern.

Las cifras

1 expediente

Multa a excursiones marítimas

Entre 2012 y 2013, la conselleria de Turismo del Govern tramitó un expediente sancionador a una empresa que organizaba excursiones marítimas, según una respuesta parlamentaria remitida al Grupo de Més.