Decenas de miles de personas quisieron ayer acudir a una de las ferias agrícolas e industriales más consolidadas de la isla. Manacor se vistió ayer de domingo y recibió encantada a sus huéspedes desde buena mañana. La vigésimo tercera edición de la Fira (enmarcada dentro de la primera semana de Fires i Festes de Primavera), volvió a dejar un buen sabor de boca, volvió a ser el termómetro que tienen las empresas locales y comarcales de calibrar la temperatura y ganas del mercado, que a juzgar por el gentío fueron altas.

Los más de tres kilómetros de paradas y expositores consiguieron su cometido. Casi no hubo resquicio para los olvidos y todo aquel visitante interesado pudo encontrar lo que buscaba, desde el paseo de Antoni Maura, hasta la avenida de Baix des Cós, desde el centro peatonal y sa Bassa hasta la avenida des Parc, espacio donde de concentró la maquinaria agrícola y el sentimiento más cercano al campo. Precisamente allí, a las 10 horas fue, y no por casualidad, donde se concentraron las autoridades. Allí fue donde los más pequeños pudieron admirar una muestra de las mejores razas autóctonas: perros, caballos o vacas mallorquinas.

En el mapa de itinerarios temáticos tuvo hasta diez colores distintos dependiendo de las zonas: comercio abierto, juegos infantiles, feria artesanal, maquinaria, turismo, feria ecológica, aves, actividades animales, atracciones o una exposición de coches nuevos, clásicos o de ocasión. Todo mezclado con los habituales atractivos culinarios y ociosos de toda concentración de masas.

Huyendo del ruido, también hubo lugar para trofeos de judo o pesca (en la Punta de n´Amer), la tercera Trobada de Xeremiers, o ya por la tarde el concierto en el auditorio del cantautor rockero Jaume Anglada junto a la banda municipal de Manacor. Para hoy está prevista una interesante conferencia coloquio sobre el vino en Balears y Pitiüses, a las 20,15 horas en el museo de Historia o la Vetllada de Glosat en el claustro.