Sea por la archimentada crisis, las ganas de emprender un negocio nuevo o por la voluntad de buscar una vía de financiación complementaria para un proyecto social. Como fuere, todas estas estrategias confluyen en la oferta de un producto recuperado (de segunda mano o de stock), al que se le da una vida alternativa. Un estímulo para ahorradores, bohemios, concienciados o cazatesoros varios. Una forma alternativa de plantear compra y venta, que en Manacor ha hecho que se abran más de media docena de estas tiendas en solo dos años.

Pero pese a sus similitudes, ninguna es igual: unas solo aceptan donaciones, otras compran directamente el producto para después revenderlo y sacarle un margen de beneficio. Unas transforman los objetos hasta hacerlos raramente reconocibles, los tunean, customizan o sacan de ellos un lustre perdido. Las hay que adquieren en depósito acordando el precio y el margen con el portador, otras prácticamente solo están interesadas en productos aún con etiquetas, que por uno u otro motivo no han logrado ´colocarse´ en otros establecimientos convencionales.

Las hay que son escaparates para talleres de inserción, grandes o reducidas, organizadas o, amontonadas de tal forma, que casi se necesitaría un plano para encontrar lo que se busca. Aunque es muy probable que el secreto sea precisamente no saberlo, rebuscar en el río, atentos por si hay una pepita dorada, el tesoro. En la variedad también está el cliente; cada una suele tener un tipo propio, teoría de la búsqueda necesaria o placentera. En todo caso vale la pena emprender la ruta.

6Cri

Avinguda Mossèn Alcover

venta de muebles, electrodomésticos, libros...compra en depósito

Tras nombre, a simple vista algo enigmático, se abre una tienda de dos alturas donde antes se vendía ropa cara para niños. "6Cri es crisis al revés", explica su propietaria Marga Negre, "abrimos en octubre y de momento está funcionando bastante bien. En la situación en que vivimos, creo que aquí se pueden cubrir algunas necesidades materiales que de otra forma mucha gente no se podría permitir. También es un tema de concienciación, tanto de parte de quien viene con su producto, como por quien lo compra".

6Cri funciona con un sistema de depósito, es decir, que el portador que quiera vender un producto solo cobrará el precio que antes haya acordado con Marga, una vez que el artículo se venda. "Prefiero ir renovando la tienda, para que el cliente que esté dos semana sin venir, cuando vuelva encuentre la oferta cambiada".

"Hay cosas que no sé ni lo que son", dice señalando un receptáculo con unas hendiduras inferiores. Se trata de una impresora de uñas; tal como suena. "Mediante un pequeño ordenador incorporado, es capaz de reconocer la foto o la imagen que queramos, reducirla e imprimirla en una uña". Su precio de mercado sería de 2.000 euros. Aquí por 300.

300 metros cuadrados (sin ropa: "es muy difícil de procesar para dejarla en buen estado") de muebles, libros, electrodomésticos, guitarras o carritos de bebé... "aunque lo que más salida tiene son las bicis, sobre todo de niños, porqué es fácil venderla y comprar otra mientras se hacen mayores". Los productos están rebajados entre un 50 y un 60%.

Low Shop

Rambla del Rei en Jaume

venta de ropa, electrodomésticos, zapatos...

compra en depósito de ´stocks´

"Podríamos decir que estamos especializados en productos de liquidación, un 99% de lo que tenemos está sin estrenar", comenta Toni Riera, antiguo aparejador al que la falta de oportunidades en el sector le hizo replantearse su propia fórmula: "hice un pequeño estudio de mercado y creí que este podía ser un negocio con salida". Sus descuentos van desde un 40% "como mínimo", hasta el 80.

Low Shop tiene pinta de franquicia. Desde el diseño del logo hasta la estructura de colocación de los productos. "Lo que adquirimos queremos que esté en perfectas condiciones", apunta Riera, antes de desvelar la manera de asegurarlo: "hay un gran trabajo de darse a conocer primero. Muchas empresas o comerciantes a los que les han quedado remanentes por liquidaciones, saben que nos pueden traer sus productos. Es una forma de recuperar al menos parte de su inversión, y para nosotros es la manera de obtener y poder ofrecer calidad a bajo precio".

La renovación es constante, sobre todo de ropa y complementos para niños pequeños y de electrodomésticos: "A veces cuando digo que nos los quitan de las manos es casi literal. Hace unos días nos trajeron catorce y ya solo quedan dos; muchos ni siquiera llegaron a entrar en la tienda, cuando los bajamos del camión ya tenían comprador. Eso está bien porque empezamos a quedarnos cortos de espacio".

También ayuda la publicación diaria de sus ofertas a través de la redes sociales, y un ingenioso sistema de subasta: "cuando un artículo vemos que puede ser muy interesante, el cliente es quien pone el precio en la pizarra que tenemos aquí en la tienda. Quien puje más se lo lleva".

Aunque no todo va a ser moderno, en Low Shop también se puede encontrar desde un casco de conductor de tanque con interfono, hasta un acordeón o una planta carnívora.

Deixalles

Carrer Francesc Gomila

ropa ´customizada´, muebles reciclados, libros... de talleres de inserción

"Las ventas nos ayudan a financiar proyectos sociales y ambientales", explica Cati Munar, responsable de que la tienda que Fundació Deixalles tiene abierta en Manacor vaya por buen camino. "Funcionamos por donaciones particulares; eso sí, los productos deben estar en buen estado. Si no, los descartamos".

Nutrida de productos provenientes de sus talleres de inserción socio-laboral de Capdepera, Inca o Felanitx o de los diferentes contenedores de textil que tienen repartidos por la ciudad, desde su escaparate hasta el último recoveco están administrados con gusto, con precios asequibles y sorpresas en forma de ropa customizada, a la que en algún se da un uso distinto al que tuvo en su diseño, amigurumis (nombre japonés de los muñecos hechos de croché), o lámparas hechas con coladores de fideos.

El precio va en función del estado de conservación del objeto o del tiempo que se haya tardado en confeccionarlo de nuevo. Porque Deixalles Manacor no es una tienda al uso; su manera de ser es básicamente a través de la reutilización y el reciclaje de productos, que proporcionan la oportunidad de mejorar las capacidades y habilidades de sus participantes.

Segona Mà

Carrer Mare de Déu de la Neu

lámparas, muebles renovados, variedad en ropa... compra directa

Desde que abriera sus puertas el pasado 10 de marzo, Segona Mà, Azahara Loaisa tenía claro que su nueva aventura también debía completar una labor social: "Hay poco dinero en la calle y sin embargo seguimos tirando demasiado. Un día ves a gente que reconoces buscando en la basura. En parte veo este negocio como una manera de aportar algo en ese sentido. No me haré rica con esto".

De espacio escueto, su oferta se basa en la ropa de segunda mano de hombre, mujer ni ño o bebé, cambiada o comprada en mercadillos, y después colgada y revendido a un precio del que es difícil imaginar un margen de beneficio: "es poco pero lo hay. Es lo que le decía compramos un pantalón que al año siguiente ya no usamos, pese a estar en buen estado. En estanterías pequeñas lámparas y "cosas del hogar" o antigüedades "guapas de precio"; un poco más allá una serie de muebles o pequeñas despensas hechas artesanalmente utilizando palés, "un Ikea de la segunda mano nos iría genial", explica divertida.

El cliente, como suele ser habitual en las tiendas de ocasión, es dual. Está quien le porta un determinado objeto y el que después lo adquiere. "No tengo la cabeza como para llevar un control de depósitos, así que lo que me interesa lo compro directamente". A juzgar por las cajas de ropa por clasificar que se amontonan en el mostrador, parece que la tienda funciona bien "sobre todo entre inmigrantes, pero también poco a poco entre españoles".

Recicl-arte

Plaça Borja Moll

todo tipo de objetos de segunda mano, ropa de donaciones

Su nombre es el mismo que el de la asociación sin ánimo de lucro a la que ayuda. Siguiendo la senda marcada por la unión de lo que fue una casa y su garaje, llega un punto en el que es complicado caminar sin tropezarse con algo, quizás una raqueta o una caja con zapatos, una lámpara de queroseno, discos de vinilo o incluso una jukebox que parece nueva.

"Ayudamos a personas necesitadas, no es un negocio en si mismo, sino una manera de que la gente pueda seguir adelante. Si yo veo a alguien que realmente necesitas unos zapatos, se los doy", comenta Zoubair Rebaoui , mientras intenta reparar una herramienta en la trastienda. "Por eso no entiendo que alguien pueda venir a comprar aquí un objeto para después revenderlo, que los hay".

Todo proviene de donaciones, no compran nada: "muchas veces es como una especie de favor mutuo: hay gente que necesita vaciar su casa de muebles o cosas que ya no le sirven y nosotros se la limpiamos, las traemos e intentamos encontrar un comprador. No pagamos porque en ocasiones no podemos saber de dónde viene el producto, y ante la posibilidad que pueda ser robado es mejor no comprarlo".

Lo más vendido va por temporadas; ahora lo que más demanda tiene son las mesas o neveras de playa, junto con los armarios y muebles en general.