El ayuntamiento de Selva formalizó ayer la adquisición del antiguo convento de las monjas franciscanas de Moscari con el objetivo de destinar las instalaciones a tareas sociales, administrativas y culturales. La compra del inmueble ubicado en el centro del ´llogaret´ ha sido posible después de las negociaciones llevadas a cabo con la congregación de franciscanas, que ya no residen en el antiguo edificio religioso desde hace años. Finalmente, el precio que pagará el municipio de Selva será de 300.000 euros, una cantidad "bastante menor" que la que solicitaban las religiosas al principio, según confirmó ayer el alcalde de Selva, Joan Rotger (PP).

El acto de firma de la escritura ante notario se llevó a cabo ayer a mediodía en la sala de plenos del ayuntamiento de Selva por parte del alcalde Rotger, en representación del Consistorio, y de Sor Maria Soledat Camps Gomila, representante de la congregación de hermanas franciscanas, propietarias del convento hasta la fecha.

El convento que ahora pasa a ser propiedad del municipio de Selva tiene una extensión total de 2.770 metros cuadrados, de los cuales 416 metros están construidos y otros 52 metros corresponden a terrazas. El edificio está ubicado en la calle principal del pueblo de Moscari.

El alcalde Rotger explicó ayer que la compra del convento de monjas de Moscari es una antigua reivindicación del pueblo que el Ayuntamiento tenía en la agenda desde hacía años. El presupuesto invertido en la compra del edificio proviene de los fondos de cooperación municipal del Govern, por lo que la inversión "no supone ningún nuevo endeudamiento para el municipio", según destacó el edil popular.

La adquisición del convento "satisface plenamente las necesidades de inmuebles para la prestación de servicios al pueblo de Moscari", añadió el alcalde. La ubicación céntrica del edificio, así como sus características y extensión, "cumplen los requisitos" para destinar el antiguo convento a edificio público en el que se podrán prestar servicios administrativos, sociales y culturales. Está previsto que una de las plantas del edificio acoja la bibliotecta de la localidad. Asimismo, la operación de compraventa "garantiza la preservación arquitectónica y el carácter del edificio como valor patrimonial".