Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) instalará quince cámaras de seguridad a lo largo de los 28,6 kilómetros del trazado de la futura vía verde entre Manacor y Artà. La empresa pública quiere evitar que se produzcan actos vandálicos como el ocurrido hace unos meses en Son Servera, cuando un grupo de personas sin identificar, asaltaron y destrozaron la estación de trenes recién remodelada.

La cámaras de vigilancia estarán motorizadas para que puedan ser controladas en todo momento desde la estación intermodal de Palma. SFM quiere asegurarse, al mismo tiempo, que por el corredor no pasen ni motocicletas ni vehículos a motor, así como, en caso de que sea necesario, poder socorrer a los corredores, viandantes o ciclistas accidentados o con algún tipo de problema.

Técnicos de la conselleria de Medio Ambiente explicaron ayer sobre el terreno alguna de las características técnicas de las obras iniciadas este lunes, cuyo presupuesto de adjudicación es de 4,2 millones y que se alargarán durante seis meses. Los trabajos se ejecutarán en tres fases.

Primero se ha empezado con los movimientos de tierra necesarios para adecuar los tramos que faltaban por completar de lo que debían ser las vías del frustrado tren-tram. Tras ello se procederá a la plantación de plateros, pinos, acebuches o romero, para poder recuperar más de 24.000 metros cuadrados de zona boscosa, lo que deberá iniciarse antes del comienzo del verano. Para finalizar se habilitarán hasta nueve áreas de descanso, con la instalación de bancos, papeleras y barandillas laterales, continuando con la siembra de más vegetación. Durante el recorrido, a su vez, se recrearán cuatro charcas con agua donde podrán reproducirse anfibios autóctonos como el calàped.

Explotación de estaciones

Otro aspecto destacado del proyecto será la licitación de las diferentes estaciones ferroviarias. Serveis Ferroviaris quiere que los espacios puedan ser aprovechados para negocios particulares, en vista del fracaso del proyecto impulsado durante el último pacto de izquierdas y que mantiene, a día de hoy, los edificios abandonados. Pese a todo, ayer el propio Govern insistía en que no descarta en un futuro, reactivar la opción del paso de trenes por las antiguas vías abandonadas en los setenta.

Aunque todo ello no será antes de verano sino después. Esa es la principal novedad de tiempos del proyecto que unirá, sin humos, a Manacor, Sant Llorenç des Cardassar, Son Carrió, Son Servera y Artà, a través de algo más de 28 kilómetros. Anunciado por el conseller de Medio Ambiente Biel Company, a mediados del pasado mes de octubre, el corredor debía estar listo en medio año, es decir, a mediados de abril, y en todo caso "antes de verano". Finalmente el retraso en el inicio de los trabajos hacen que se esté hablando ahora de finales del mes de septiembre.

Cada uno de los cuatro tramos correrá a cargo de una o un grupo de empresas. El referenciado como número uno, de Manacor a Sant Llorenç, será rehabilitado por la UTE formada por Eulen SA y Probisa Vías y Obras SLU. El tramo entre Sant Llorenç y Son Carrió correrá a cargo de Melchor Mascaró SA, del de Son Carrió a Son Servera se encargará MAB Obras Públicas SL. Y del que va de Son Servera hasta Artà se responsabilizará la UTE entre TECSA Empresa Constructora SA, Dragados SA y Coexa. Finalmente, la unión temporal entre las empresas Roig Obras, Servicios y Medio Ambiente SA y API Movilidad SA se harán cargo del mobiliario que se instalará en los cuatro tramos anteriores.