La presencia de un gran número de gatos en zonas urbanas puede ocasionar problemas de salud a las personas. Además de ser portador y dispersor de parásitos molestos como las pulgas, es transmisor de la toxoplasmosis. Se trata de una enfermedad que puede causar infecciones leves y asintomáticas, así como infecciones mortales que afectan mayormente al feto, ocasionando la llamada toxoplasmosis congénita. También puede revestir gravedad cuando afecta a recién nacidos, ancianos y personas vulnerables por su condición de déficit de inmunidad.