Una de los actos más populares de las fiestas de sant Antoni de Muro son las tradicionales beneïdes y el concurso de carrozas. De hecho ya hace un par de meses que los participantes han puesto la maquinaria en marcha para poner a punto las carrozas. Como el oro más preciado, todos intentan guardar con el secreto más absoluto el tema de sus carrozas y sus preciadas obras de arte que el día del patrón desfilarán sobre el manto de murta del Carrer Nou. Aunque si uno es un poco ávido y se pasea por el pueblo a ciertas horas de la noche, podrá saber dónde están ubicados los talleres en los que se cuecen en secreto los detalles del desfile.

La tradición de los carrossers viene de antaño, sobre 1948, cuando la directiva de la Unión Agrícola Murense, en manos de Gabriel Riutort Mostel, quiso impulsar las beneïdes cambiándolas de ubicación al Carrer Nou y organizar un concurso de carrozas.

En una primera etapa, las carrozas siempre iban dedicadas al santo patrón y a aspectos típicos del campo y de la ruralía murera.

Temas de Carnaval

No obstante, más tarde, se incorporó la temática libre que dio paso a carrozas más características de las rues de carnaval que de Sant Antoni, pero que a su vez dieron vida y color al concurso.

"Hacer carrozas engancha", comentan algunos carrossers. Y es que, además del duro trabajo que supone presentar las escenas y todas las horas de dedicación que hay que echarle para poder sacar a desfilar una obra digna, las carrozas sirven para hacer amigos.

Así lo afirma, Rafa Llull, que lleva unos 15 años participando año tras año en la tradicional fiesta.

"Empezamos cuando nuestros hijos iban a la guardería, participando en la carroza del centro. Allí nos enganchamos e hicimos un gran grupo de amigos con los demás padres de los niños. La mayoría de nosotros nos conocimos allí. Después continuamos en el colegio, durante los años dorados de la escuela consiguiendo grandes premios, y ahora hace tres años que seguimos haciendo carroza pero de manera particular".

Trayectoria de éxito

En tan solo tres años este gran grupo de medio centenar de amigos surgido gracias a las carrozas ha conseguido un tercer puesto, un segundo y un primer premio, demostrando así su gran implicación y ganas, y haciendo su aportación para que el concurso siga teniendo el prestigio y el nivel que le caracteriza, ya que las beneïdes de Muro podría decirse que són las más reconocidas de toda la isla.

Pero todo esto requiere su esfuerzo, y es que llevan trabajando desde el mes de septiembre recopilando información y buscando todo el material necesario y la logística, así como un local idóneo, antes de ponerse al tajo para tenerlo todo a punto para la ocasión.

En este plazo de tiempo, también han tenido tiempo para hacer matances y panades todos juntos y alguna que otra juerga con la excusa de la carroza.

"No lo hacemos por dinero ni por el premio. Lo hacemos porque nos gusta, aunque siempre vamos a ganar. Somos carrossers. Al final de todo, si haces números no te salen las cuentas", explican algunos miembros del grupo mientras hacen cábalas de lo que llevan gastado durante el proceso de preparación.

En total, unos 1.000 euros en material para la carroza y unos 30 euros por cada disfraz. A la vez, comentan que lo importante es estar juntos, hacer piña y pasarlo bien.

"Después con el premio hacemos un ´fogueró´ con todos los participantes y colaboradores, y alguna que otra cenita", cuenta uno de estos carrossers.