Los tres grupos de la oposición municipal de Inca, PSOE, Independents y Més, se apuntaron ayer una clara victoria política después de convencer al equipo de gobierno del PP para que dejase sobre la mesa la privatización del agua, cuya adjudicación debía ser aprobada en el pleno extraordinario celebrado ayer por la mañana en el Ayuntamiento. El alcalde de Inca, Rafel Torres (PP), anunció la "retirada" del punto relativo a la externalización del servicio, que "queda en suspenso" hasta la adjudicación de las obras de reforma del Teatre Principal, que según las previsiones municipales se producirá en el plazo aproximado de dos meses.

De esta forma, el PP descartaría la privatización si tiene garantías de que podrá invertir el superávit municipal en la rehabilitación del equipamiento cultural, una de las alternativas que había propuesto la oposición tras el encierro que protagonizaron la pasada semana. Según estos tres partidos, la utilización del remanente del Ayuntamiento, que cifran en diez millones de euros correspondientes a los años 2012 y 2013, ha quedado autorizada por el gobierno central con la aprobación de la Ley 9/2013 del 20 de diciembre de Control de la Deuda Comercial en el Sector Público, en vigor desde el pasado fin de semana.

El alcalde quiso dejar claro que el equipo de gobierno no renunciaba a privatizar el agua y que seguirá adelante con el proceso si antes de la adjudicación definitiva de las obras del teatro la financiación no está garantizada con el uso del superávit. El PP considera que la citada Ley debe ir acompañada de un reglamento, todavía no de-sarrollado, en el que se especifiquen claramente qué tipo de proyectos podrán ser financiados con el remanente municipal, ya que sólo se autorizarán las obras "sostenibles".

Giro inesperado

El pleno se inició con una larga explicación del edil de Hacienda, Antonio Aguilar, para justificar las ventajas de la privatización. Sin embargo, cuando todo indicaba que la concesión del servicio de agua a una empresa vinculada a la multinacional Sorea sería aprobada con los únicos votos a favor de los ediles populares, la sesión dio un giro inesperado después de que, en su primer turno de palabra, el portavoz socialista, Xavier Ramis, reclamase, en nombre de toda la oposición, la retirada del punto relativo a la adjudicación con motivo de la entrada en vigor de la Ley 9/2013, que "permitirá al Ayuntamiento disponer del superávit de 2012, de 5,2 milones de euros, una cantidad muy superior a la que se necesita para reformar el teatro". Ramis recordó que el alcalde se había comprometido a aparcar la privatización del agua si había alternativas de financiación para el proyecto del teatro, por lo que exigió a Torres el "cumplimiento de su compromiso".

El alcalde replicó que, efectivamente, la opción del superávit era la única alternativa factible, aunque condicionada a "una serie de normas" a desarrollar por el gobierno central y a la aprobación de una "Ley reguladora" que aclare si el remanente municipal podrá invertirse o no en el proyecto del teatro.

En este punto, diversos ediles de la oposición interrumpieron a Torres para asegurar que la Ley que acaba de entrar en vigor ya permite esta posibilidad. Entonces, el alcalde ordenó un receso para reunirse con los diferentes portavoces y tratar de alcanzar un consenso.

Después de media hora, y ante el asombro general del público que ayer llenaba la sala de plenos, el alcalde Torres anunció que el equipo de gobierno había decidido "retirar la externalización" del pleno de ayer y dejarla "en suspenso" hasta la adjudicación de las obras del Teatre Principal. "Seguimos pensando que falta una ley complementaria que permita usar el superávit, y si en dos meses no hemos encontrado una solución entre todos, el PP volverá a elevar a pleno la externalización para financiar las obras del Teatre", apuntó.

La oposición comprendió que había la ganado la batalla. El pleno finalizó con palabras de agradecimiento y la voluntad de los tres partidos de "colaborar" en lo posible para evitar la privatización.